Docenario guadalupano
Por el padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
María de Guadalupe: Liberadora de nuestros males y promotora de nuestras personas.María nos libera de nuestras falsas interpretaciones y concepciones.Los días anteriores hemos estando viendo cómo María ha ayudado a tantas personas, en especial a los indígenas contemporáneos de Juan Diego, a liberarse de una falsa concepción sobre Dios. Hoy veremos cómo nos libra de otro tipo de interpretaciones erróneas respecto a tópicos que son importantes para nosotros, pero que a lo mejor nos quitan la paz y nos perturban. Pidámosle al Espíritu Santo su gracia para que seamos más libres al estilo de Jesús.
Primera consideración: María nos libera de la absolutización que hacemos respecto a nuestra salud como hizo con Juan Diego que le decía: "Está muy grave un servidor Tuyo, mi tío." (N.M. 111). Ella nos enseña a ver que hay cosas más importantes que una enfermedad.Jaculatoria: Santa María de Guadalupe, Madre nuestra espiritual; acógenos en Tu regazo, Madre sin igual.
Segunda consideración: María nos libra de nuestras angustias y aflicciones como la que tuvo San Juan Diego con la enfermedad del tío que le hizo pensar: "Que primero nos deje nuestra tribulación; que antes yo llame de prisa al sacerdote religioso: mi tío no hace más que aguardarlo." (N.M. 102). Y la Virgen, por poco, se queda sin darle la señal a Juan Diego.
Tercera consideración: María nos ayuda a liberarnos del temor a la muerte, como en el caso de Juan Bernardino: "Estaba seguro que ya era el tiempo, ya el lugar de morir, ya no se curaría." (N.M. 98). Sin embargo, Ella misma lo fue a curar a Tulpetlac, lugar en que se le apareció y lo curó.
Cuarta consideración: María nos ayuda a liberarnos de pensar mal de nuestr@s prójim@s. Así lo hizo cuando los servidores del Obispo Zumárraga "le fueron a contar. le metieron en la cabeza -al Obispo- que no le creyera. que nomás les contaba mentiras. que nada más inventaba lo que venía a decirle." (N.M. 86). Ya después de confirmada la señal hasta ayudaron a Juan Diego.
Quinta consideración: María nos dice a tod@s lo que le dijo a Juan Diego en el Tepeyac antes de darle las flores: "Escucha, ponlo en tu corazón, hijo mío el menor: es nada lo que te espantó, lo que te afligió; que no se perturbe tu rostro, tu corazón. No temas esta enfermedad ni ninguna otra cosa punzante, aflictiva." (N.M. 118). Hoy nos podemos quedar muy tranquil@s porque Ella nos ama y está al pendiente de lo que nos pasa como lo hizo con él. Démosle gracias, muy de corazón.Apoyos Bíblicos.- Sabiduría 9, Salmo 111 (110), Mt 11, 25-30
* Para la gloria de Dios y de Santa María de Guadalupe.
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