12.06.2018

dia 7


Docenario Guadalupano
Miércoles, 7 de diciembre
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Después de haber contemplado ayer a nuestra madre acogedora, hoy seguimos con el relato en el punto en que nos quedamos. La Virgen prosigue su comunicación con Juan Diego de una manera tan cariñosa y especial que por eso la consideramos como madre excesivamente bondadosa. Fijémonos en el diálogo y sintamos lo que Juan Diego habrá sentido con esa actitud y esas palabras de nuestra madre.
Oración Inicial. Lectura – Nican Mopohua.
La Virgen María le dice a Juan Diego: 119. “¿No estoy aqui yo, que soy tu madre? (a) ¿no estás bajo mi sombra y resguardo? (b) ¿no soy yo la fuente de tu alegría? (c) ¿no estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? (d) ¿tienes necesidad de alguna otra cosa?”
Primera consideración. María le dice a Juan Diego ante su temor y dolor por la situación de su tío: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” (119-a).
¡Qué realidad tan dulce y qué manera de decirlo de María! Ella es plenamente madre bondadosa, cariñosa. Gocemos con Juan Diego esta dicha, esta palabra que hoy nos dice nuestra Morenita, nuestra madre del Tepeyac. Sintamos que ella está aquí y nos dice esas palabras…
Segunda consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No estás bajo mi sombra y resguardo?” (119-b).
Cualquier madre ampara y protege a sus hijos… ¡Cuanto más María! Sintamos que estamos bajo ella como árbol frondoso… Con toda su ternura nos cobija, protege y acompaña.
En la cultura indígena se acostumbraba que el tlatoani protegiera a los más débiles, a los acusados. Para esto se refugiaban, se ponían bajo el manto protector del poderoso o poderosa. Así aparece María en la imagen que Dios nos dejó: del lado derecho de ella, en su imagen, su manto es más largo abajo, al estilo de los tlatoanis de ese tiempo que aceptaban bajo su manto a los más débiles, desprotegidos, viudas, huérfanos que se agarraban de la punta del manto del jefe para sentir y pedir su protección. Así, ella protege a su ángel, a su caballero, a su mensajero, a Juan Diego, como lo interpretaron los indígenas contemporáneos suyos. Aprendamos a ponernos bajo su mirada que nos acaricia; su dulce y piadosa mirada compasiva. Pongámosle todo este mundo nuestro, a nuestro país, bajo su mirada y su manto protector…
Tercera consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No soy yo la fuente de tu alegría; tu salud?” (119-c).
¿Qué habrá sentido Juan Diego ante estas palabras de María tan dulces y consoladoras? En verdad ella es fuente de alegría en todas partes. Es salud, vida y esperanza nuestra. Ella nos enseña a cantar la alegría de vivir, ella nos enseña a agradecerle a Dios y a contarle a otros las maravillas que él ha hecho por nosotros; nos educa y enseña a usar nuestras cualidades y capacidades para que otros sientan tanta misericordia, tantos beneficios recibidos. ¿Vivimos este agradecimiento continuo al Dios de la vida? Que ella nos enseñe a poner nuestras alegrías en Dios, en los valores del Reino… Pidámoselo mientras rezamos.
Cuarta consideración. María le dice a Juan Diego: “¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?” (119-d)
¡Qué imagen más bella de cercanía! María habla así porque los indígenas así expresaban cómo las mamás tenían cerquita a sus hijos. María se adapta a esta hermosa cultura y nos deja extasiados con esas frases cálidas, tiernas, acogedoras. Ella es como un nido caliente en donde nos tiene a todos, consolados y protegidos, para que crezcamos en el amor y glorifiquemos a Dios en nuestras obras. Sintámonos en este momento en ese hueco de Su manto, en el cruce de Sus brazos… y guardémonos allí…
Quinta consideración. María termina esta parte de su diálogo con Juan Diego y le dice: “¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?” (119-e)
Estas frases de María culminan de una manera muy fuerte: Ella quiere atendernos en lo que necesitemos pero nos dice que nos fiemos de su amor, que nos arrojemos en su corazón, que confiemos en su protección, porque ella cubre satisfactoriamente nuestras necesidades… Presentémosle las inquietudes y deseos que tenemos de ser felices, de querer seguir a Jesús, de poder servir, de hacer crecer el Reino del Padre entre nosotros… Y nuestras necesidades de amar y ser amados…
Lecturas Bíblicas. Jn.2, 1-12 y Lc 1, 68-79 a manera de salmo.

12.05.2018

Docenario 6 de diciembre de 2018



Docenario  6 de diciembre de 2018
Este día vamos a considerar una de las virtudes más atractivas del mundo cristiano: la solidaridad. Jesús ha sido el modelo máximo de solidaridad con nosotros: nada como hacerse hombre todo un Dios verdadero. En el siguiente lugar está nuestra Madre que fue enviada por Dios con gran solidaridad primero con el mundo indígena y también con el mundo mestizo y aun de los criollos que estaban naciendo en México, y nuestra Madre se mostró compasiva y solidaria en extremo. Ahora lo está haciendo también ante tanto sufrimiento en nuestro país. Nuestro querido Juan Diego, aparece como muy solidario cuando fue hacia Tlatelolco por el sacerdote que ayudara a su tío a bien morir. Ante las circunstancias de tanto temor por la posible muerte de su tío, decidió irse por otro camino, pero María le salió al paso para apoyarlo, consolarlo, decirle que confiara en Ella. Ella es la Estrella Solidaria, Nuestra Madre Amabilísima, que ve y siente nuestras penas y angustias y corre, se acerca a ayudarnos. Por eso, este día la contemplamos muy solícita en favor de Juan Diego, en esta escena tan llena de Su amor hacia él, hacia Juan Bernardino, hacia nosotros.
Primera consideración.- María es la que a todas partes está mirando para cuidarnos a todos. (N.M. 104) Dios, el que es Amor Solidario con todos, le ha dado a nuestra Madre la capacidad de estar al pendiente de nosotros desde Su Asunción al cielo. ¿Cómo nos sentimos ante esta realidad? ¿Cómo recibimos y sentimos esta mirada Suya? ¿Cómo la miramos a Ella? ¿Cómo miramos toda la realidad que está a nuestro alrededor, y sobre todo, a los demás? Pidámosle a nuestra Madre que nos enseñe a mirar con Su mirada misericordiosa y compasiva.
Segunda consideración.- Juan Diego se da cuenta de cómo la Virgen desciende del cerro y como lo había estado mirando y esperado (N.M.105). Imaginemos la alegría y esperanza que pudo haber sentido Juan Diego por este encuentro porque Ella lo estaba esperando. A lo mejor sintió también cierto temor al pensar que lo iba a detener. Cuando vamos a visitar al Señor en el sagrario ¿cómo nos sentimos? Cuando vamos a algún lugar en donde se venera alguna imagen de María, sobre todo en el Tepeyac, cómo nos sentimos. ¿Les pasamos esta experiencia de Fe a otros? ¿Alguna vez hemos llegado a sentir que Ella nos mira? Pidámosle que nos muestre Sus ojos misericordiosos.
Tercera consideración.- María se acerca, le sale al encuentro a Juan Diego y le pregunta: “¿Qué pasa, mi hijito, a dónde vas, a dónde te diriges? ” (N.M.106-107). Para Juan Diego, ya no fue sólo sentir que Ella lo veía, ahora es estar con Ella, es sentirla cerca y tenerla allí, con él. Disfrutemos con Juan Diego esta presencia de María con nosotros. Pidámosle a nuestro Dios que nos haga sentirla cerca de nosotros hoy mismo con todo ese amor solidario que nos tiene a cada uno. Que les haga sentir este amor solidario a tantas familias que han estado sufriendo la desaparición de sus hijos o de personas cercanas a ellas.
Cuarta consideración.- La Virgen le pregunta a Juan Diego: “¿Qué pasa, hijito mío, a dónde te diriges? María es toda una Madre, se preocupa por Su hijito, quiere saber de él por él mismo; y en esa época Juan Diego tenía 57 años.. Cada uno de nosotros le importamos, somos valiosos para Ella porque es verdaderamente Madre nuestra. Sintamos que estas preguntas nos las hace personalmente a cada uno de nosotros hoy mismo. ¿Qué le respondemos? ¿Qué nos pasa hoy; cómo nos sentimos? ¿Qué nos preocupa? Expresémosle nuestros sentimientos y necesidades…
Quinta consideración.- Juan Diego es consolado increíblemente por la Reina celestial. Ella le dice que no tema con las palabras más convincentes y cariñosas. (N.M.118-120). Cuando Juan Diego sigue insistiendo en el dolor que tiene nuestra Madre le dice: “¿Mi hijto, escucha, ponlo en tu corazón.es poco lo que te afligió y perturbó. ¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre?¿No estás bajo mi sombra y resguardo?¿No soy Yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?¿Tienes necesidad de alguna otra cosa..? Que no te aflija la enfermedad de tu tío, ten por cierto que ya está bien. Contemplemos este encuentro gozoso de Madre e hijo. 
Disfrutemos estas palabras hoy dichas a nosotros por nuestra Madre. ¿Esto no nos pacifica y alegra? Pidámosle a nuestra Madrecita que nos enseñe a saber estar gozosos con Ella en la oración, el silencio, la contemplación de los misterios de la vida de Cristo. Que Ella misma nos enseñe a esperar contra toda esperanza ante lo que nos pasa y le pasa al mundo cada día. Aprendamos de Juan Diego a tratarla con mucha sencillez, cariño y familiaridad. Que él interceda por nosotros y de modo especial por el mundo indígena, su mundo, para que les alcance paz y consolación… Reflexionemos un poco más. La solidaridad nos debe caracterizar a los cristianos. 

12.04.2018

La Hora de la Gracia.


Todos los días 8 de diciembre al mediodía.

8 de diciembre de 1947
Pierina –la vidente de las apariciones de Rosa Mística– contempló a la madre de Dios decir.- "¡Yo soy la Inmaculada Concepción!" y con gran majestad afirmó "Yo soy María de las Gracias, esto es, la llena de Gracia, Madre de mi Divino Hijo Jesucristo". Descendió suavemente por la escala y añadió.- "Por mi venida a Montichiari deseo ser invocada y venerada como Rosa Mística. QUIERO QUE AL MEDIODÍA DE CADA 8 DE DICIEMBRE (SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA) SE CELEBRE LA HORA DE LA GRACIA POR TODO EL MUNDO, MEDIANTE ESTA DEVOCIÓN SE ALCANZARÁN MUCHAS GRACIAS PARA EL ALMA Y EL CUERPO. Nuestro Señor, mi Divino Hijo Jesús, concederá copiosamente su misericordia, mientras los buenos recen por sus hermanos que permanecen en el pecado. Es preciso informar cuanto antes, al Supremo Pastor de la Iglesia Católica el Papa Pío XII mi deseo de que esta hora de gracia sea conocida y extendida por todo el mundo. Quien no puede ir a la iglesia que sea en su casa al mediodía y conseguirá mis gracias." Luego mostrándole su purísimo corazón exclamo: "Mira este corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colma de vituperios." Calló unos momentos y continuó: "Si todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación la misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de gracia".
Notando Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse le imploró fervorosamente: "¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!". Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes, religiosos y a los pecadores. Ella contestó: "Tengo preparado una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho mis deseos". Con estas palabras se terminó la visión.

Docenario Guadalupano

Docenario Guadalupano

Primera consideración: . La primera obra de misericordia de nuestra madre en el Tepeyac es habernos traído a su hijo a México y desde aquí para todo el mundo. Dios nos la mandó, pero ella puso todo lo que estuvo de su parte para darnos a su hijo amado de la manera tan excelente y misericordiosa como consta y lo sabemos muchos. Alabémosla.
Jaculatoria: María Madre de gracia, madre de misericordia; en la vida y en la muerte ampáranos gran señora.
Segunda consideración: . El haber apoyado al obispo Zumárraga con las rosas y con la impresión de la imagen guadalupana en la tilma de Juan Diego fue una obra de gran misericordia de Dios, y nuestra madre cumplió en ese tiempo muy bien esta misión que le fue encomendada. Gocemos contemplando el momento de la impresión de la imagen en el ayate de Juan Diego; veamos la sorpresa de los allí presentes en ese momento… Contemplemos.
Tercera consideración: Nuestra madre le dio la sanación a Juan Bernardino el mismo 12 de diciembre en la mañana. Dice la narración del Nican Mopohua: “ …y se le apareció la Señora del cielo —a Juan Diego— y lo mandó a México con el señor Obispo… y le dijo que no se afligiera, que su tío ya estaba sano… Y le dijo su tío —Juan Bernardino— a Juan Diego, que era cierto, que en ese momento ella lo sanó…” (#200-202). Reflexionemos… Oremos…
Cuarta consideración: Desde un principio la virgen hizo varios milagros cerca del Tepeyac con la gente que la invocaba. Fue notable la resurrección del indio muerto el mismo 26 de diciembre día de su traslado de la iglesia en que estaba hasta el lugar que ella señaló en la orilla del lago junto al cerro del Tepeyac. Hay muchos testimonios de muchas sanaciones y otros favores que Ella hizo a muchas personas. Demos gracias por todo esto.
Quinta consideración: Nuestra amable y admirable madre santa María de Guadalupe sigue haciéndonos infinidad de servicios a miles y miles de personas que seguimos recurriendo con confianza a ella. Démosle gracias por el amparo, protección, auxilio y defensa que nos regala. Comprometámonos, como ella y como Jesús, a servir a quien nos necesite.

12.02.2018


Docenario 3 de diciembre de 2018-  Día 3.- San Francisco
Javier, Patrono de las misiones.
 

 La misión Evangelizadora y consoladora de nuestra Guadalupana. Hoy es gran día para la Iglesia universal porque celebramos al gran misionero de la India, Japón y otras islas, San Francisco Javier, jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y de otros con quienes fundaron la Compañía de Jesús. Además es el Patrono internacional del Apostolado de la oración que se encarga de difundir las intenciones que el Papa señala cada mes para que toda la Iglesia ore por esas intenciones y para que se unan y consagren más personas al Corazón de Jesús para llevar Su mensaje de amor a todo el mundo. Y hoy se cumplen 170 años de haber sido fundado este aliento vital de la Iglesia en Francia, por otro jesuita, el P. Francisco Javier Guatrelet, para extender, a través de la oración, la misión de Cristo por todo el mundo. Como si fuera poco, hace unos días,-el 23-, la Universidad de San Francisco Javier, fundada en Mérida en 1624, cumplió 390 años de haber sido fundada. Fue la única del Sureste y que además dio grados de Doctorado. Por todo esto, demos gracias a Dios. Por estas razones vamos a considerar hoy a nuestra Madre como la gran Misionera que nos trajo a Jesús a estas tierras y que lo hizo en un ambiente de desgarramiento social del México que nacía, algo parecido a lo que nos está sucediendo estos meses y años en el país. Por eso, desde nuestro dolor y la necesidad de Dios que experimentamos, y unidos a la Iglesia universal en este Adviento que comenzamos, les decimos a todos los países la frase de la antífona de entrada de la Misa de este día: “Escuchen, pueblos, la Palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra. He aquí que vendrá nuestro Salvador, ya no tengan miedo” (Jer 31,10; Is 35,4).
 
 
Primera consideración.- María es la primera que nos anuncia y da a conocer a Jesús. Desde el nacimiento de Jesús, y aun antes, como vemos en la visita de nuestra Madre a Santa Isabel, María trae a Jesús Consigo, nos lo da. Así lo experimentaron también los pastores en Belén y después, los Reyes orientales que fueron a buscar al Señor. Es Su primera misión y así viene también a México. Se lo dice a Juan Diego en el Tepeyac:” Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten Mi casita sagrada en donde Lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto (se entiende que a Jesús, es Al que nos mostrará). Aprendamos de Ella a dar a conocer a Jesús.
 
Segunda consideración.- La Virgen se presenta ante San Juan Diego como Madre universal de todos los habitantes de este mundo. Nuestra Madre le dice claramente a Juan Diego:” Yo soy Madre tuya y de todos los que en esta tierra están como siendo uno, y de las demás variadas estirpes de personas, mis amadores, los que a Mí clamen, los que me busquen, los que confíen en Mí.(N.M. 31)” Esta misión universal se la ha confiado el “Verdaderísimo Dios por Quien vivimos”. Agradezcamos, confiemos, Ella y Ellos nos aman..
 
 
 Tercera consideración.- La Virgen María nos explica cómo hay que dar a conocer a Jesús. La Señora del cielo le dice a Juan Diego lo que hoy llamamos la nueva Evangelización. Para que sea efectiva tenemos que mostrar a Jesús a otros como Ella: “Lo daré a las gentes con todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación. Porque Yo, en verdad, soy su Madre Compasiva.”(N.M.28). Aprendamos de Ella a dar a Jesús a otros compasivamente. Preguntémonos si este es nuestro método.
 
 
Cuarta consideración.-Ella, maternalmente, se preocupa a fondo de todAs. Nuestra Madre le deja muy claro a San Juan Diego que Ella nos viene a atender, a escuchar, a mostrarse como verdadera Madre. Le dice: “Allí les escucharé su llanto, su tristeza: para curar, para remediar, todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores. (N.M.32)”. Si ésta fuera nuestra actitud diaria ante las necesidades de los demás cambiaríamos a México. Empecemos, hay muchas, muchísimos que esperan la consolación de María, de Dios y de nosotros.
 
Quinta consideración.- María nos presenta a Dios con toda fidelidad. Un aspecto muy necesario para cada Evangelizador es que lo haga con fidelidad. Ella así lo ha hecho siempre. Agradezcámosle que sea tan fiel hasta ahora pues sigue haciendo lo mismo desde el Tepeyac. Ella, desde que fué invitada por Dios para ser la Madre del Salvador, no ha hecho más que prepararse para recibirlo y para darlo. Ella nos lo sigue dando ahora, tanto para conocerlo como para impulsarnos a hacer Su voluntad. ¡Bendita sea! Aprendamos de Ella. Apoyos Bíblicos.- Is 46,3-13 y 49, 13-23 Salmo 107(106) Jn 2, 1-12 ++

Para la gloria de Dios y de Santa María de Guadalupe ++ San Francisco Javier, Patrono de las misiones. La misión evangelizadora y consoladora de nuestra Guadalupana. Hoy es gran día para la Iglesia universal porque celebramos al gran misionero de la India, Japón y otras islas, San Francisco Javier, jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y de otros con quienes fundó la Compañía de Jesús. Además, es el patrono internacional del Apostolado de la Oración que se encarga de difundir las intenciones que el Papa señala cada mes para que toda la Iglesia ore por esas intenciones y para que se unan y consagren más personas al Corazón de Jesús a fin de llevar su mensaje de amor a todo el mundo. 
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