12.27.2011

María nos prepara todo.

María nos prepara todo. 

“¿Por qué te agitas? ¿por qué te preocupas? Estar consagrado a Mí quiere decir dejarse conducir por Mí. Quiere decir fiarse de Mí: como un niño se deja conducir por su madre. Entonces te debes habituar a otro modo de pensar, a otro modo de obrar. No te toca a ti pensar lo que te conviene; no hagas proyectos, no construyas el mañana, porque ya ves cómo lo disipo todo en el aire y tú después quedas mal.
¿Por qué no quieres fiarte de Mí? Deja que sea Yo la que construya –momento tras momento– tu porvenir. A ti te basta decir, lo mismo que un niño: “Madre, me fío de Ti, me dejo conducir por Ti. Dime: ¿Qué debo hacer?” 
(Mensaje al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano) 
Comentario: 
¡Qué maravilloso mensaje nos da la Virgen para que nos entreguemos a su Corazón Inmaculado y nos dejemos guiar en todo por él!
María no se olvida de nosotros, sino que vive pendiente de todo lo que nos pasa y prepara cada cosa, cada acontecimiento, por medio de su Corazón Inmaculado, para que lo vivamos de acuerdo a su plan, que desde toda la eternidad ha elaborado Ella junto a Dios.
¡Qué grandísima confianza nos debe venir al tener esta certeza de que María tiene preparado hasta el más mínimo detalle de nuestra vida, para nuestro bien! En lo que toca a nosotros, no debemos poner obstáculos ni querer hacer nuestra propia voluntad, sino dejarnos guiar dócilmente por esta Madre amorosísima, que tiene la misma Sabiduría de Dios, y que sabe guiarnos por el camino que nos conduce al Cielo, y también sabe hacer de nosotros fieles instrumentos en sus benditas manos para rescatar innumerables almas de las manos de Satanás.
No dudemos más de la Virgen, no tengamos miedo, sino recemos mucho para ir conociendo qué es lo que quiere María de nosotros en cada momento, sabiendo que Ella es la Conductora de los ejércitos de Dios y nuestra propia Madre, que nos guía como a sus hijos más pequeñitos, que por sí solos no saben hacer nada.

12.21.2011

Sin rencor.

Sin rencor. 

Los niños por lo general no son rencorosos, y de ellos debemos aprender también nosotros, que buscamos la infancia espiritual, a no ser rencorosos con nadie. Porque el rencor es el primer paso para el odio, y es en sí ya una forma de odio, de división y nos prepara para la venganza.
La Escritura dice que nuestro enojo no debe durar más allá de la caída del sol. Es decir, que antes que caiga la noche, debemos estar en paz con todos y no tener rencor para con ninguno.
Porque el rencor es como un movimiento que vuelve una y otra vez sobre un punto y cada vez nos vuelve a provocar los mismos sentimientos malos del enojo primero.
Tratemos de no enojarnos, porque no ganamos nada con ello, perdemos la paz, y luego nos enojamos con nosotros mismos por habernos enojado, y así se hace como un círculo que debemos romper con la caridad y la confianza en Dios.
Y para que el rencor no se apodere de nosotros, es necesario que vigilemos nuestra memoria, que es la que nos trae una y otra vez el recuerdo desgraciado y nos vuelve a provocar los mismos sentimientos negativos de odio.
Recemos mucho el Santo Rosario, para conseguir la paz y aprender a perdonar a los demás

12.10.2011

El 12 de diciembre celebraremos la fiesta de la Virgen de Guadalupe.

El 12 de diciembre celebraremos la fiesta de la Virgen de Guadalupe. En la  Homilía pronunciada en la Santa Misa celebrada el 23 de enero de 1999 al concluir la Asamblea Especial  para América del Sínodo de los Obispos, el Beato Juan Pablo II, expresó:

 
"...Quiero confiar y ofrecer el futuro del Continente a María Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia. Por eso, tengo la alegría de anunciar ahora que he declarado que el día 12 de diciembre en toda América se celebre a la Virgen María de Guadalupe con el rango litúrgico de fiesta.
¡Oh Madre! Tú conoces los caminos que siguieron los primeros evangelizadores del Nuevo Mundo, desde la isla Guanahani y La Española hasta las selvas del Amazonas y las cumbres andinas, llegando hasta la tierra del Fuego en el Sur y los grandes lagos y montañas del Norte. Acompaña a la Iglesia que desarrolla su labor en las naciones americanas, para que sea siempre evangelizadora y renueve su espíritu misionero. Alienta a todos aquellos que dedican su vida a la causa de Jesús y a la extensión de su Reino.
¡Oh dulce Señora del Tepeyac, Madre de Guadalupe! Te presentamos esta multitud incontable de fieles que rezan a Dios en América. Tú que has entrado dentro de su corazón, visita y conforta los hogares, las parroquias y las diócesis de todo el Continente. Haz que las familias cristianas eduquen ejemplarmente a sus hijos en la fe de la Iglesia y en el amor del Evangelio, para que sean semillero de vocaciones apostólicas. Vuelve hoy tu mirada sobre los jóvenes y anímalos a caminar con Jesucristo.
¡Oh Señora y Madre de América! Confirma la fe de nuestros hermanos y hermanas laicos, para que en todos los campos de la vida social, profesional, cultural y política actúen de acuerdo con la verdad y la ley nueva que Jesús ha traído a la humanidad. Mira propicia la angustia de cuantos padecen hambre, soledad, marginación o ignorancia. Haznos reconocer en ellos a tus hijos predilectos y danos el ímpetu de la caridad para ayudarlos en sus necesidades.
¡Virgen Santa de Guadalupe, Reina de la Paz! Salva a las naciones y a los pueblos del Continente. Haz que todos, gobernantes y ciudadanos, aprendan a vivir en la auténtica libertad, actuando según las exigencias de la justicia y el respeto de los derechos humanos, para que así se consolide definitivamente la paz.
¡Para Ti, Señora de Guadalupe, Madre de Jesús y Madre nuestra, todo el cariño, honor, gloria y alabanza contínua de tus hijos e hijas americanos!.." 

Docenario guadalupano

Docenario guadalupano

Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento Guadalupano
 10 diciembre 2011
Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

Los caminos de fray Juan de Zumárraga, Juan Bernardino y gente de su época. Hemos visto ya cómo Dios, María y Juan Diego caminaron en los momentos iniciales del Acontecimiento Guadalupano y en algunos posteriores; ahora nos toca considerar qué repercusiones hubo en otras personas que fueron testigos presenciales de dichos eventos y recorrieron caminos nuevos y originales en sus propias vidas. También nos pueden inspirar para vivir nuestra alianza con Dios pues, suponemos,  estarán glorificados…

Les pedimos a todos ellos rueguen a nuestra Madre y a San Juan Diego que intercedan por todos nosotros ante el Verdaderísimo Dios, dador de vida... Primera consideración: Los caminos del obispo fray Juan de Zumárraga. En 1528 llegó a México don fray Juan de Zumárraga, que fue escogido por el Rey de España y el Papa como Obispo de México. Le tocó una época muy difícil, pues los conquistadores estaban arrasando con las poblaciones indígenas en cuanto a sus tradiciones y costumbres. Pero también había problemas con la Primera Audiencia y una gran mortandad de indígenas por las enfermedades llevadas a México desde Europa.

Él clamaba al cielo diciendo que si no había una intervención divina aquello iría al caos. Nuestro Dios ya sabía todo esto y había previsto desde la eternidad el Acontecimiento Guadalupano que vino a salvar al mundo indígena y todo ese entorno tan difícil. El mismo señor Zumárraga estaba preparando su viaje para ser ordenado Obispo fuera del territorio mexicano, puesto que había sido nombrado pero no ordenado. Tuvo que dejar el país más de dos años y al volver siguió apoyando a San Juan Diego, a quien estimó muchísimo y a quien le había encargado la pequeña ermita que le construyeron a la Virgen. Fue un santo varón, muy estimado, promotor de indios, de la cultura y salud de su pueblo. Llevó muy buena amistad con San Juan Diego; murieron el mismo año y a la misma edad. Glorifiquemos a Dios que hace estas maravillas y hermana hasta a quienes parece que nunca podrían coincidir… Ellos intercedan ante “Su Dueña” por nosotros…

Jaculatoria apropiada: Dios de las maravillas, ayúdanos a servir a otros como Tú, para que florezca entre nosotros una vida en plenitud.

Segunda consideración: Los caminos de Juan Bernardino. Tenemos datos importantes  sobre Juan Bernardino gracias a las averiguaciones de 1666 en donde varios testigos dijeron haberlo conocido o hablar de él por medio de sus parientes. Sabemos de su parentesco muy cercano con Juan Diego, de quien era tío, y muy importante para éste, puesto que los tíos eran quienes heredaban la cultura y costumbres del mundo indígena. A él es a quien la Virgen sanó en su casita de Tulpetlac, hoy Estado de México, a 11 kilómetros del Tepeyac. A él le reveló la Virgen su nombre: la Perfecta Virgen Santa María de Guadalupe. Vivió, junto con Juan Diego, como guardián de la Virgen durante varios años en la primera ermita que mandó construir fray Juan de Zumárraga. Ha hecho favores milagrosos, inclusive alguno recientemente del que soy testigo. En algunos lugares de México se le venera como santo varón. Pidámosle especialmente por los mayores de edad para que seamos fieles como Él a Dios, a María, a nuestro pueblo y sus buenas tradiciones…

Tercera consideración: Los caminos del bachiller y presbítero Juan González. Este bachiller en Letras y Artes jugó un papel muy importante en el Acontecimiento Guadalupano, pues era el secretario y traductor de la lengua náhuatl al castellano de fray Juan de Zumárraga. En esa época todavía no era sacerdote, lo fue después. Y fue el primero en redactar una relación en castellano sobre dicho Acontecimiento. Fue el cuarto Juan que tomó parte en el inicio del Acontecimiento y así completó el número perfecto de cuatro, tan importante para la cultura indígena. Cuatro pétalos tiene el signo más importante nahua: Nahui Ollin, lo trae la Virgen en su cinturón de entonces. Así, la Virgen estuvo aquí rodeada de cuatro Juanes, como de dos, con el mismo nombre, durante su vida: San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Admiremos y glorifiquemos a Dios por tanta perfección, hasta en detalles como en este sublime Acontecimiento Guadalupano.

Cuarta consideración: Los caminos de los servidores del Obispo, de otras personas cercanas a éste y del tiempo de las apariciones de la Virgen. Lo que sabemos de ellos es que se convirtieron al amor de Dios y de María, que hubo infinidad de indígenas que pidieron el Bautismo y que se conmovieron ante tan grandísimo Acontecimiento. Dice la narración original: “Y absolutamente toda esta ciudad de —Tenochtitlán-México—, sin faltar nadie, se estremeció cuando vino a ver, y admirar, su amada imagen” (N.M. 214). Pidamos al Espíritu Santo que nuestros corazones permanezcan abiertos, como los de ellos, para convertirnos a Dios y nuestra Santa Madre, María de Guadalupe.

Quinta consideración: Los caminos del pueblo de Dios en el siglo XVI y siglos siguientes. Los virreyes, cuando llegaban a México o salían de la ciudad a su regreso; los miembros de las congregaciones y órdenes religiosas, cuando llegaban o regresaban a sus lugares de origen o a donde los mandaba la obediencia al Señor Jesús, pasaban por las pequeñas ermitas que habían construido los obispos sucesores de Zumárraga.

Innumerables jesuitas y otras  personas de Europa cuando oyeron hablar de este Acontecimiento quisieron venir a nuestro país y luego fueron insignes propagadores del mismo en sus lugares de origen. Reconozcamos la Sabiduría Divina y la acción materna de María que siguen sosteniendo el Acontecimiento más fuerte de tinte mariano en el mundo…

Apoyos bíblicos: Sirácides (Eclesiástico) 24, 8-15; Gal 3, 26-29; Mc 8, 1-10.

12.09.2011

Docenario Guadalupano dia 9

Docenario Guadalupano

  9 diciembre 2011

Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento
Guadalupano
Los caminos de San Juan Diego. Su fiesta. Hoy estamos de fiesta en todo México pues celebramos al primer héroe nacional reconocido desde su vida misma, San Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Hoy consideraremos cómo Dios lo ayudó a recorrer los caminos a la santidad.

El 9 de diciembre de 1531 la Virgen María se le apareció dos veces en el Tepeyac: cuando inició su contacto personal y lo mandó al Obispo Zumárraga con su mensaje, y por la tarde, cuando Juan Diego le llevó la triste noticia de que el Obispo no les había hecho caso a ninguno de los dos. Ese día María le reconfirmó su misión y Juan Diego fue promovido para llenar la vocación a la que Dios lo había llamado. Acompañémoslo por sus caminos, él nos mostrará, y de manera especial a
l@s laic@s, cómo vivir santamente en la vida ordinaria.

Primera consideración: Los caminos normales de Juan Diego en su niñez y juventud.
Podemos estar seguros de que la vida infantil y juvenil de Juan Diego habrá sido como la de cualquier niño o joven indígena de la región de los lagos que circundaban a la gran ciudad de Tenochtitlán. En su querida población de Cuauhtitlán él habrá aprendido muchas cosas en el calmecac, tipo de escuela para los varones. Habrá aprendido, como todos ellos, a defenderse y a saber valerse por sí mismo. Habrá recibido su ayate como signo de crecimiento para poder integrarse a la vida social y productiva de su etnia. Habrá reverenciado al Dador de bienes, al dios cercano y señor de todo lo que los rodeaba con su protección. Agradezcamos a los padres de San Juan Diego que lo hayan enseñado a vivir como gente solidaria y laboriosa en su pueblo, y al Verdaderísimo Dios por su providencia que llevó a Juan Diego de niño y joven por estos caminos... Jaculatoria apropiada: San Juan Diego del Tepeyac, enséñanos a compartir lo nuestro con los demás…

Segunda consideración: Los caminos de Juan Diego en su vida matrimonial.
San Juan Diego, como todos los indígenas de su tiempo, habiendo alcanzado la edad acostumbrada de entonces para casarse, entre los 18 y 20 años, tuvo que escoger su pareja. Escogió a la joven Malintzin con quien se desposó según las tradiciones indígenas de su tiempo: habrán enlazado su ayate con el huipil de ella para significar su unión. Se convirtieron y fueron bautizados: ella como María Lucía y él como Juan Diego. Se casaron sacramentalmente por la Iglesia y de seguro habrán invitado a sus
hij@s a hacer lo mismo. De hecho, aparece una nieta suya como religiosa en un convento de Querétaro. Alabemos a Dios que inventó a la pareja humana como signo de su amor para sus pequeñ@s hij@s y por el testimonio de esta santa pareja...

Tercera consideración: El nuevo camino de Juan Diego al encontrarse con María en el Tepeyac. El 9 de diciembre de 1531, en su camino a México para recibir instrucción religiosa en Santiago Tlatelolco, la Virgen María le salió al paso a Juan Diego para descubrirle el plan que Dios tenía para que Ella pudiera tener su casita sagrada y allí atender a todas las personas como verdadera Madre.

Él había sido escogido como profeta de este Evangelio para toda América, y con el tiempo, para el mundo… María desde entonces, por la gracia y poder de Dios, convirtió nuestra historia y la de San Juan Diego en algo excepcional… Agradezcamos a Dios este designio suyo, y a María, su maravillosa colaboración y acción tan maternal…
Cuarta consideración: Los caminos de Juan Diego para encontrarse con el Obispo de México y la repercusión de su testimonio en la historia universal.

Juan Diego acogió el mensaje de María y le llevó la señal al Obispo, quien quedó conmocionado al recibir las rosas y el ayate bendito con la imagen maravillosa de Santa María de Guadalupe. Con razón el papa Benedicto XIV en el siglo XVII dijo ante una imagen de Ella, y por la narración que le hizo el jesuita Francisco López sobre las apariciones en el Tepeyac: “Dios no ha hecho cosa igual con ninguna otra nación”, frase tomada del Salmo 147, escrita originalmente para el primer Israel… Adoremos a Dios, autor de tales maravillas, y a nuestra Madre Amada por sus regalos tan cariñosos para todos nosotros.

Quinta consideración: Los diferentes caminos de la Iglesia para canonizar a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Los caminos de la Iglesia para llegar a canonizar a alguien han sido muy difíciles en los últimos siglos y Juan Diego fue uno de los afectados. Desde su muerte en 1548 la gente comenzó a venerarlo pero por decisiones de los papas, a quienes eran venerados como santos, antes de ser canonizados debían de dejar de ser venerados. Esto interfirió por primera vez, como después el dominio español sobre los indígenas en la Colonia y posteriormente todas las persecuciones y guerras que sufrió la Iglesia. Fue hasta hace pocos años que fue beatificado, en 1990, y canonizado el 31 de julio de 2002. Así cumplió María lo que le había prometido como acción de gracias a él por sus servicios: “Ten por seguro que mucho agradeceré y te pagaré, te enriqueceré, te glorificaré y mucho merecerás con que Yo retribuya tu cansancio, tu servicio con que vas a solicitar el asunto al que te envío… Haz lo que esté de tu parte…” (N.M. 34-37). Más adelante, cuando Juan Diego está en dificultades para lograr el objetivo, le repite y añade con ternura: “Y sábete, hijito Mío, que Yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio  que por Mí has emprendido” (92). Ella siempre amable, siempre generosa a favor nuestro y más cuando la servimos…

Aprendamos de Ella y de Juan Diego a amar y servir como Ellos y a esperar con alegría nuestra propia glorificación… Apoyos bíblicos: Is 52, 6-10; Salmo 1; Lc 2, 1-19; Jn 1, 35-51; 1Pe 5, 1-11.

12.08.2011

Docenario guadalupano dia 8

Docenario guadalupano




 8 diciembre 2011




Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita




Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento Guadalupano


Los caminos de Santa María, Madre Inmaculada de Dios y el Acontecimiento Guadalupano. Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Todo el mundo cristiano católico goza esta fiesta como pocas otras. Es como una profecía de lo que será nuestra vida futura una vez terminada la época del pecado y de la muerte.


Dios la llenó de tal cantidad de regalos que hasta la libró, como inicio de todos ellos, del pecado original. Gocemos con Ella esta fiesta desde su cántico de alabanza, el Magnificat, y consideremos algunos enlaces con el Acontecimiento Guadalupano.


Siempre María, bajo la advocación que sea, nos llevará a otras realidades suyas profundas porque Dios es el autor de la identidad de cada persona cuando ésta se deja guiar por Él. Contemplemos a María desde la perspectiva de su Inmaculada Concepción y otros valores y títulos que la acompañan.


Pidamos en este día por nuestro mundo para que acepte los valores que Dios nos propone para vivir una vida con un corazón más limpio y purificado como el de María.






Primera consideración: María en el Plan Divino de nuestra salvación. Dios quiso crearnos para hacernos miembros de su familia, para compartirnos su vida de amor y felicidad eterna. Escogió el camino de la Encarnación, el que una de las Tres Divinas Personas asumiera una vida como nosotros. Si quiso que hombre y mujer unidos para siempre tuvieran familia y fueran reflejo de su Trinidad Amorosa, tenía que diseñar la pareja ideal y principal de la historia. Una pareja singular y muy de otro modo como nosotros la hubiéramos podido imaginar. Esto implicaba, en el tiempo, la generación humana del verbo- palabra-imagen del Padre. Y las Tres Divinas Personas eligieron a María desde la eternidad como Madre del Hijo del Padre. Alabemos a Dios, autor de estos misterios maravillosos que conocemos y agradecemos.






Jaculatoria apropiada: Por tu limpia concepción, oh, Soberana Princesa; una muy grande pureza te pedimos de corazón.


Segunda consideración: El Dios de los imposibles hizo posible la inmaculada concepción de María. La primera pareja humana falló ante el designio de Dios y escogió la ausencia de Él en sus vidas y nos comunicó a todos el pecado original. Pero Dios, ante la decisión tomada de hacerse humano, quiso elegir a María como Madre Inmaculada, sin ningún tipo de pecado, para que el Verbo Eterno tuviera por engendradora en la Tierra a una mujer libre de cualquier tipo de mancha. Así, Dios dispuso desde le eternidad la existencia de María como Hija Amadísima del Padre, Madre del Hijo Eterno de Él y gloria y templo del Espíritu Santo. Alabemos también a Santa Ana y a San Joaquín por las maravillas que Dios hizo en ellos y por la educación y acompañamiento que le brindaron con tanto amor a su excepcional hija, María, durante su vida.






Tercera consideración: Los otros regalos, títulos y acontecimientos de María. Una vez decretado por Dios que María fuera la Madre Inmaculada del Hijo Eterno del Padre era lógico que esto conllevara otros regalos: la impecabilidad, la virginidad perpetua, su glorificación eterna al lado de Su Hijo, su colaboración única en la redención de la humanidad y el encargo de que fuera nuestra Madre espiritual. Gocemos con toda la Iglesia estas glorias de María.






Cuarta consideración: La presentación que hace María de sí misma en el Tepeyac.






María se presentó ante Juan Diego como “la perfecta siempre Virgen, Santa María, Madre del Verdaderísimo Dios por Quien se vive…” (N.M. 26). Ella, la misma Reina del Cielo y Tierra, la que está junto a nosotros para consolarnos, la que se preocupa “de nuestras aflicciones, penas y dolores…” (N.M. 32).






Dios nos la envió al Tepeyac como Reveladora de su Hijo, su principal misionera y evangelizadora. Agradezcamos esta decisión divina y la excelente manera de acompañarnos de María como Madre espiritual de todos nosotros.


Quinta consideración: La veneración de la Inmaculada en nuestra nación y su relación con la veneración a su imagen guadalupana. A través de los siglos, la advocación de María como “La Inmaculada” ha tenido una multitud de manifestaciones y presentaciones en sus imágenes casi sin poder contar su número. Especialmente en Europa hubo cantidad de estas imágenes suyas. Muchas órdenes y congregaciones religiosas están inspiradas en esta advocación. Aquí mismo, entre nosotros, hay varias congregaciones y en todo México hay muchísimas iglesias y capillas dedicadas a esta advocación. En algunos países es fiesta nacional.






En el Acontecimiento Guadalupano, en la misma imagen, Ella aparece como Madre y como Virgen según su porte y atuendos, según las antiguas tradiciones indígenas, como Reina y Señora del universo, como Madre y Protectora nuestra. Es también la que nos presenta a su Hijo, el Verdadero Dios. Alabémoslos y llevemos la vida digna y santa que nos corresponde como fieles miembros de su familia.






Apoyos bíblicos: Is 7, 14; Salmos 45(44) y 46(45); Gal 4, 4-5; Lc 1, 46-55; Apoc 12, 1-6.

’Monstra Te esse Matrem’, Oh Virgen Inmaculada.


Monstra Te esse Matrem’, Oh Virgen Inmaculada.
Muéstrate Madre tierna y con premura por los habitantes de esta tu ciudad, para que el auténtico espíritu evangélico los anime y oriente sus comportamientos.
Muéstrate Madre y guardiana vigilante de Italia y Europa, para que de las antiguas raíces cristianas los pueblos sepan tomar la linfa para construir su presente y su futuro.
Muéstrate Madre próvida y misericordiosa por el mundo entero, para que, respetando la dignidad humana dignidad y rechazando toda forma de violencia y de explotación, se coloquen bases sólidas para la civilización del amor.
Muéstrate Madre especialmente de aquellos que tienen más necesidad: de los indefensos, de los marginados y los excluidos, de las víctimas de una sociedad que a menudo sacrifica al hombre por otros fines e intereses.
Muéstrate Madre de todos, oh María, y danos a Cristo, la esperanza del mundo.
Monstra Te esse Matrem’, oh Virgen Inmaculada, llena de gracia! ¡Amén!”.

12.05.2011

NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO

NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO







Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, señora de la preñez evidente y extenuante. Cuánto deseamos que camines con nosotros. Cuánto necesitamos de ti. Mujer del pueblo que viajas presurosa y alegre a servir a Isabel, a pesar de tu vientre pesado y fatigoso. Entre las dos tejerán esperanzas y sueños.






Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños.






Soñamos con que el canto de las aves no vuelva a ser turbado por el ruido de las balas.






Soñamos con nuestros niños sin temores, cantando al fruto de tu vientre ya cercano.






Soñamos con los niños de Colombia durmiendo tranquilos al arrullo de un villancico.






Soñamos que nuestros viejos mueren tranquilos y en paz murmurando una oración.






Soñamos con que algún día podremos volver a tener sueños y utopías y esperanzas.






Señora del Adviento, la de los brazos vacíos, visítanos como a tu prima. Monta tu burrito y ven presurosa. Nuestros corazones son pesebres huecos y fríos donde hace falta que nazca tu hijo.






Ven, señora, con tus gritos de parto a calentar nuestros corazones, a seguir tejiendo esperanzas con nosotros, como lo hiciste con Isabel. Solo así, en medio de la noche iluminada por tus brazos ahora llenos y por tus pechos que amamantan, podremos volver a soñar...podremos gritar ¡es navidad!.

12.03.2011

DOCENARIO DIA 3



Docenario Guadalupano
  3 diciembre 2011

Joaquín Gallo Reynoso, Sacerdote Jeusita

Los caminos Dios, deMaría y de nosotrosen el Acontecimiento Guadalupano

Los dos días que llevamos del mes los hemos dedicado a considerar cómo caminamos en nuestra vida rodeados de estrellas, pájaros y cantos como Juan Diego en su camino al Tepeyac.

Hoy consideraremos el papel de las flores en nuestras vidas, en la vida de los indígenas del tiempo de Juan Diego y en el significado que han tenido en el Acontecimiento Guadalupano.

Consideraremos también nuestro llamado a ser misioneros como el gran San Francisco Javier, a quien hoy celebramos, y tenemos en cuenta que vamos como los caminantes de Emaús para encontrarnos con Jesús en el Año Eucarístico internacional que se avecina.

Primera consideración: Las flores, regalo de Dios.

En toda la Tierra y en todas las culturas las flores destacan por todas partes. No faltan las flores en los murales antiguos y modernos, en nuestros cumpleaños, como regalo para las mujeres amadas. Sus colores, formas, aromas, nos cautivan.

Hay hasta el dicho de "dímelo con flores" para indicar que nos pueden decir cualquier cosa, aun penosa, con tal de que sea hecho con aroma floral. Demos gracias a Dios por el regalo magnífico, multicolor y bello de las flores. Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Flor de flores de los jardines de Dios; ayúdanos a dar lo mejor al Rey de los corazones.

Segunda consideración: Las flores en la cultura indígena. En las culturas mesoamericanas abundan las alusiones a las flores. En la cultura nahua casi no se puede hablar si no se les menciona. Sabemos que sin ellas no hay remedios eficientes para las enfermedades. Ellos veían en las flores el corazón de Dios que se regalaba para darles todos los frutos imaginables. Es increíble cómo el sabor de ciertas frutas ya está encerrado en las flores. Reconozcamos tantos favores divinos como flores del Creador de ellas.

Tercera consideración: Las flores, signo del compromiso por la verdad. En la cultura nahua también las flores significaban la verdad. Te doy flores, te doy la verdad. Cuando alguien quería comprometerse con otra persona le daba flores como signo de algún compromiso.

Así lo hizo María cuando le dio las flores a Juan Diego. Así quedó éste acreditado ante el Obispo y ante su pueblo. Demos gracias a Dios de que a través de las flores nos hayan dado pruebas irrefutables de su amor y compromiso con nosotros.

Cuarta consideración: Las flores en el Acontecimiento Guadalupano. Es impresionante saber y constatar que la Imagen Guadalupana está hecha, esencialmente, a base de los colores extraídos de flores. ¿Cómo le hizo Dios para hacer esta "Maravilla Americana", como le llamó el máximo pintor de la Colonia, Miguel Cabrera, a la Imagen Guadalupana? Mientras la admiramos gocemos de tanta originalidad y de tanto mensaje contenido en la más bella expresión mariana del mundo salida de las manos de Dios.

Quinta consideración: La Flor-Cerro puntiagudo, lugar sagrado de María. En la Imagen Guadalupana aparece nueve veces la Flor-Cerro terminado en punta, que es el nombre indígena del cerro del Tepeyac. Con este simbolismo tan enraizado y conocido en la cultura cercana a Juan Diego, Dios nos quiso decir que allí, en ese lugar, se realizó la Alianza Suya con nosotros a través de nuestra Madre Amada. Y que allí mismo sigue realizándola por todos los siglos de la humanidad mientras llega la segunda venida de Su Hijo para nosotros. Ella, María, nos hace casa allí, como le hizo casa a Jesús y a San José, en su hogar de Nazaret. Vayamos al Tepeyac y a nuestros Tepeyaques cercanos para orar con Ella, para que nos colme de gracias, de su ternura materna que nos regocija. Santa María de Guadalupe, Madre nuestra espiritual; acógenos en tu regazo, Madre sin igual, Flor de flores de los jardines de Dios.

Apoyos bíblicos: Sirácide (Eclesiástico) 24, 23-31; Is 7, 10-14; Gal 4, 4-7; Mt 6, 28-34.
 

12.01.2011

ALABANZAS A MARÍA SANTÍSIMA, VIRGEN DEL ADVIENTO

ALABANZAS A MARÍA SANTÍSIMA, VIRGEN DEL ADVIENTO







¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.


¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos besos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.






¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

Docenario guadalupano

Docenario guadalupano

1 diciembre 2011
Por Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento Guadalupano

El camino de las estrellas…

 
Estamos en diciembre, a unos días de que el Acontecimiento Guadalupano cumpla 480 años de haberse iniciado.

Vamos a unirnos a los millones de herman@s que se han aventurado, como nosotros, por los caminos que nos llevan al Tepeyac con Santa María de Guadalupe y los que salen desde allí para el ancho mundo. Un recorrido que haremos con Jesús, nuestro Camino al Padre y a l@s herman@s, en estos meses en que estamos preparándonos para el Año Eucarístico internacional que tendrá su punto culminante en julio, en el Congreso Internacional en Dublín.

En la diócesis vamos haciendo nuestro camino a Emaús desde nuestro discipulado misionero al encuentro con Cristo Eucaristía. En este caminar iremos con María de Guadalupe, nuestra Morenita del Tepeyac quien, como de costumbre, nos acoge “con todo su amor, compasión, auxilio y defensa”, pues es nuestra “Piadosa Madre” y nos lleva a Jesús y a nuestr@s hermanas y hermanos. Los meses pasados de este año cada día 12 estuvimos considerando cómo poder ser mejores discípul@s y misioner@s del Señor y de María.

Ahora caminaremos, entre flores y cantos, entre pájaros, estrellas y caminos diversos, estos días dedicados a Ella. Pediremos de manera especial por nuestro país y Yucatán para que juntos reencontremos el camino del amor, la fraternidad, la justicia y solidaridad que Dios quiere que vivamos. Iniciémoslo en su nombre y en el de Nuestra Madre del Tepeyac.

Nota.— Les recuerdo que propongo cada día 5 consideraciones para ser reflexionadas o usadas a manera de los misterios del rosario y que las siglas N.M. quieren decir Nican Mopohua, el relato original de las Apariciones escrito hacia 1548-1550 por Antonio Valeriano, indígena de la etnia nahua y coetáneo de Juan Diego, que llegó a ser de los maestros clave de esos años.

Primera consideración.— Las estrellas y nuestro cielo. Hablar de las estrellas es hablar de los astros, pero también, en lenguaje simbólico, de personas, situaciones, predicciones. Gracias a éstas los Magos encontraron a Jesús… Hoy nos podemos encontrar con Él, con el Padre y el Espíritu Santo… Pidámoselo a María. Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Estrella de la Evangelización, ayúdanos a encontrarnos con Jesús, nuestro guía y Señor.

Segunda consideración: Las estrellas forman, a veces, constelaciones…

En el cielo de cada noche podemos distinguir algunas agrupaciones de estrellas a las que se les ha dado algún nombre en diversas épocas y culturas. Entre ellas destaca Virgo, que nos recuerda a nuestra Estrella del Tepeyac. Pidamos nos llene de su luz…

Tercera consideración: Juan Diego caminó bajo la luz de las estrellas… En sus encuentros con la Virgen, Juan Diego tuvo que caminar de noche, hacia el amanecer, para cumplir su misión con Ella y su tío Juan Bernardino que estaba enfermo (N.M. 97-99 y 147-148).

Pidamos que siempre cumplamos con nuestra misión aunque sintamos que estamos en noches de oscuridad, impaciencia y amargura, como alejados de Dios, de María, de l@s demás... Ella nos sanará…
Cuarta consideración: Las estrellas en la vida de Jesús y de María… Podemos estar seguros de que María y José le enseñaron al Señor Jesús en su niñez a conocer las estrellas y constelaciones que se conocían en su tiempo. No es difícil que el Señor se haya orientado muchas veces en sus caminos y en los temporales fuertes en el lago de Galilea gracias a las estrellas que el mismo Padre le había regalado. La insignia de Israel es una estrella… Y Él, la Estrella Máxima de Israel y del mundo. Que Él sea nuestra mayor estrella en nuestra vida, nuestro Sol…

Quinta consideración: Las constelaciones en el manto de la Virgen de Guadalupe. Entre las investigaciones sorprendentes que se han hecho del ayate de Juan Diego en donde está la Virgen Guadalupana destaca la colocación de las estrellas en su manto. Forman constelaciones. Y éstas marcan fechas y los rumbos del cielo. La Osa Mayor siempre estará en el Norte, Orión hacia el Oriente y la Cruz del Sur hacia el Sur... Gracias a esto millones de personas en la Historia han vencido dificultades, se han orientado en el desierto o en los naufragios. Nosotros, en el manto de María de Guadalupe descubrimos cómo Dios nos señala el rumbo, cómo nos protege a través de nuestra Bendita Madrecita del Tepeyac, la Estrella máxima humana en los cielos benditos de Dios…

Le pedimos que siempre nos oriente para seguir a Jesús, para hacer la voluntad del Padre, para seguir las indicaciones del Espíritu Santo, para hacernos herman@s de tod@s...

Apoyos bíblicos: Salmo 8; Mt 2, 1-12; Apoc 1, 12-20 y 2, 26-28; Jn 14, 6.






10.12.2011

El Pilar de nuestra fe

El Pilar de nuestra fe 
Autor: P. Jesús Martí Ballester


Fiesta de Nuestra Señora del Pilar. El 12 de octubre se celebra la solemnidad del Amor de Hispanoamérica.


El Pilar de nuestra fe
Frente a quienes ayer y aún hoy se avergüenzan, ignorantes o malvados, de la gran, máxima evangelización de América, recordamos hoy nosotros aquella hazaña de fe. Si sabemos interpretar los signos de los tiempos, leeremos que Dios se valió de España para llevar la fe salvadora a pueblos innumerables, que hoy permanecen fieles a ella y son la esperanza de la Iglesia, sobre todo en vocaciones.

Así lo ha reconoció el anterior Pontífice, Juan Pablo II, cuando dijo en su Mensaje al Congreso Mariológico y Mariano celebrado en Huelva del 18 al 27 septiembre de 1992: "Los marinos intrépidos de Palos, de Huelva, de Moguer, de Lepe, que en el nombre de Dios y de Santa María partieron del puerto de Palos, fueron protagonistas de aquella gran epopeya que llegaría a cambiar la configuración del mundo conocido y que, a la vez, abrió espacios insospechados a la expansión del mensaje cristiano". Y el mismo Papa, en su viaje de enorme valor testimonial a Santo Domingo, en la República Dominicana, es decir a la Española, primera tierra descubierta por Colón, quiso asociar su persona y a la Iglesia, a la celebración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América; para con su autoridad suprema de Papa, reconocer y enaltecer la gesta evangelizadora de España.
LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA
Escribió Garcilaso de la Vega, historiador natural de Cuzco, Perú, que "ofrecía su historia para que se den gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María, su Madre, por cuyos méritos e intercesión se dignó Dios sacar del abismo de la idolatría a tantas y tan grandes naciones y reducirlas al gremio de su Iglesia Católica Romana, la mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que los crió".
Los que propalaron la sinrazón de que España pidiera perdón a los americanos por haberles liberado de sus ritos macabros hasta llegar a sacrificar cada día muchachas para que el sol volviera a nacer al día siguiente, son los mismos que impiden que hoy nuestros niños y jóvenes crezcan en la ignorancia del barro que les construye por dentro, el pensamiento y el arte occidentales, y también el fabuloso legado moral sin el cual serían incompresibles conquistas como la abolición de la esclavitud o la condena de la pena de muerte, sin enumerar prolijamente los avances de la civilización que ha ido acumulando el cristianismo. Privar a un muchacho de la religión es como despojarlo de su filiación genética. La moral cristiana instituyó la piedad como regla de conducta, el respeto y el amor al prójimo como pilares de nuestra convivencia.
¿Es lícito escamotear que Dios se hizo un hombre como nosotros, que proclamó el bello poema de las bienaventuranzas, que impidió matar a pedradas a una mujer adúltera y que le pidió agua a una mujer samaritana y le ofreció a cambio el agua de la eternidad gloriosa con Él? ¿Y junto a esto, la creación de una nueva cultura que ha inspirado las más eximias excelencias de nuestros artistas que han trascendido los siglos, y que los hombres de mañana entren en el museo del Prado o en los otros del mundo como papanatas? ¿Qué entenderán del Greco, de Velázquez, de Zurbarán, de Giotto, del Tintoretto, del divino Morales y de Rafael, de los grandes genios de la música y de la arquitectura, de Miguel Ángel, de la poesía, qué de San Juan de la Cruz, qué de Divina Comedia, de la gran obra civilizadora de la Orden del Císter?... Y como los árboles también envejecen, también Europa, engendradora de pueblos y patrocinadora del humanismo, se está convirtiendo a pasos agigantados en un tronco seco y sin sabia. Con el sentido excepcional de la oportunidad de este viejo Papa joven, se está celebrando en Roma el Sínodo de los Obispos que quiere afrontar la pérdida de fe de Europa.
Ante él, el cardenal belga Jan Pieter Schotte ya ha adelantado que el principal desafío no es un problema político o social sino el debilitamiento de la fe. Europa sufre un problema de conocimiento de la fe y de su transmisión. Las familias se sienten impotentes, las escuelas encuentran dificultades y en las parroquias se nota menor presencia de fieles. Además, los medios de comunicación crean una cultura no siempre religiosa. La respuesta al panorama incierto y oscuro es el tema de la asamblea: "Jesucristo viviente en su Iglesia, fuente de esperanza para Europa". Y el Cardenal Rouco hace ahora seis años, el 1 de octubre de 1999, formulaba este dilema fundamental: “O Europa se convierte al Dios de nuestros padres o se desarraiga de las raíces espirituales de las que ha germinado el verdadero humanismo europeo. Nuestra tarea como Iglesia es anunciar con obras y palabras al Dios vivo". Fuera de Cristo no sabemos qué son Dios, la vida, la fe, ni nosotros mismos.
LA VIRGEN LA PRIMERA MISIONERA
Y fue la Virgen la primera misionera que nos dejó en su Pilar el dedo certero que nos señala de nuevo: "Haced lo que El os diga". Al celebrar la fiesta de la Virgen del Pilar, proclamamos que María ha escogido el Pilar para derramar sobre España sus bendiciones. Allí, los Reyes, los Capitanes, los Héroes, han encontrado la fuerza para cumplir su misión providencial. "A los tuyos les diste una columna llameante, guía para un camino desconocido" Sabiduría 18,3. "El Señor les precedía de día en columna de nube para marcarles el camino, y en columna de fuego de noche para alumbrarles" Génesis 13,21.
Así dice la historia que la Virgen los llevó como columna llameante por el camino desconocido: El siete de octubre, Colón está inquieto ante las dudas y peleas lógicas de aquellos noventa hombres, después de setenta días de navegación, y con un problemático retorno. Poco después llegó la calma y se hizo en el océano una gran bonanza. El día ocho, estaba el mar claro y sosegado y eran los aires dulces y olorosos, como si fueran del mes de abril sevillano. El día nueve durante toda la noche los navegantes oyeron volar pájaros. El día diez vieron pasar grajos y papagayos.
El día once aumentaron los indicios. La noche fue una noche clara de luna y en el aire y en el agua flotaba un ambiente de calma suave. De repente, sonó en la Pinta un tiro de bombarda, y se oyó el grito triunfal y esperado: TIERRA. Lo había dado Rodrigo de Triana. Eran dos horas después de la media noche. Y allí hay noventa hombres de pie sobre el puente de las carabelas con los corazones agitados por violenta emoción. Al amanecer apareció la lengua blanca de arena del primer suelo americano. En España, las campanas de los conventos llamaban a Maitines, y todo aquel día 12, la Iglesia de España rezaba a la Virgen del Pilar. Era el día del desembarco y del Descubrimiento.
REZAR EN ESPAÑOL
Cuando un sacerdote, un cristiano llega a América y oye hablar y rezar en nuestra propia lengua a Dios y a la Virgen, se le acelera el corazón, se le hace un nudo en la garganta, y sus ojos lloran lágrimas de asombro, de gratitud, de admiración y de fe. Y cuando en la Basílica de Guadalupe, todo el día abierta y siempre llena de mexicanos, que más que rezar, hablan con la Virgen con un hablar continuo, mezclado de sollozos, gritos, palabras ternísimas llenas de íntima e ingenua confianza, muchos de ellos caminando de rodillas, arrastrando los padres a sus pequeños, siente la gratitud y el gozo de ser español.
Me invitaron a comer unos amigos en Monterrey (México). A mitad de la comida, un niño de unos diez años, guapísimo, puesto de pie, dijo: "Lo mejor del mundo es que los españoles hayan venido a evangelizar a América. Me acordé de las palabras de Jesús el domingo de Ramos a los sacerdotes del Templo que le pedían que hiciera callar a los niños sus gritos y hosannas: ¿"No habéis leído en la Escritura que de la boca de los niños has hecho brotar la alabanza"? (Mt 21,16).
Reunámonos hoy en oración comunitaria y eucarística, como los Apóstoles con María en el Cenáculo, para dar gracias porque nos ha dado a su Madre, "que nos protege en su tienda el día del peligro, y nos alza sobre la roca" Salmo 26. Y aclamemos a María, intacta en su virginidad, gloriosa en su descendencia y triunfante en su asunción. Que ella sea nuestro gozo y la causa de nuestra alegría.

10.03.2011

Para meditar las palabras del Salve Regina

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Para meditar las palabras del Salve Regina
Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones. Oh María, la mujer más digna del amor.

Meditemos esta oración para disfrutar más el Rosario.

Dios te salve

Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones
Oh María, la mujer más digna del amor.
Desde niño me enseñaron esta oración mis padres
queriendo que yo te amara y venerara
como ellos lo hacían.
Y desde entonces sigo rezando y cantando
esta bella plegaria todos los sábados
y a la hora del rosario cotidiano.
Dios te salve, maravilla de mujer y de Madre,
lirio hermoso de los valles y praderas.
Pensando en Ti me vuelvo poeta
me dan ganas de cantar.
Mis versos son para Ti,
mis canciones te las canto a Ti.


Reina y Madre de misericordia

Lo que más necesitamos es misericordia,
porque somos infinitamente miserables.
Tu amor inmenso hacia tus hijos se convierte
en océano de bondad, de misericordia, y de piedad.
Te agradecemos tu amor, tu virtud excelsa,
veneramos tu grandeza incomparable
pero sobre todo agradecemos
la misericordia de tu rostro y de tu corazón.
Tienes ojos y corazón hechos de bondad.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...


Vida nuestra

Nos animas a vivir,
Haces feliz nuestra vida,
Nos otorgas calidad de vida,
porque contigo vale la pena vivir.
No vamos solos por la vida.
¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Tú lo dijiste. Y cumples las promesas.


Dulzura

Suavidad, serenidad, paz.
Contigo estamos al abrigo de tormentas y huracanes.
Tu corazón es refugio montañero,
es brisa de primavera, es cantar de pajarillos,
es cristalina fuente,
dulzura de la vida, de mi vida.


Y esperanza nuestra

Todo lo espero de Dios por medio de Ti,
porque Dios te ama muchísimo
y Tú me amas muchísimo.
Contigo no cabe la desesperanza y la tristeza.
En las orillas de tu manso río
crecen los pastos y las flores en toda estación.
Tú eres una eterna primavera,
rosal florido, perfumado, digno de contemplarse.
De Ti lo espero todo y más de lo que esperan
todos los niños de sus mamás.
Espero que me lleves al cielo.
Espero que me hagas feliz.
Espero contemplarte en el cielo
en un éxtasis de amor.
Eres hermosísima paloma blanca
que vuelas en mi jardín.
Alegras mis días y mis noches.
Me haces sonreír y mirar hacia delante
con ilusión y entusiasmo.
La vida sin Ti no tendría sabor ni sentido.
Pero contigo sí quiero vivir.
Quiero contemplarte en el lirio del campo,
en la rosa perfumada, en el blanco clavel,
en todas las flores de las praderas,
en las estrellas de la noche.


Dios te salve

Te saludamos, te cantamos,
te llevamos mañanitas, Oh dulce madre.
Dios te salve.


A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva

Fuimos hijos de Eva para desgracia nuestra.
Pero somos hijos tuyos para completa felicidad.
Si triste y dura fue la herencia de nuestra madre Eva,
inmensamente rica es la herencia
que nos viene de Ti.
El destierro se dulcifica
porque Tú nos acompañas cada día.
Así nuestro desierto florece y se vuelve llevadero.
¡Qué dura sería la vida sin tu dulce compañía!
¡Qué cardos, qué espinas no produciría!
Pero entre los cardos y espinas tu mano amorosa
ha plantado muy bellas rosas.


A Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas

Siempre nos quedas Tú.
En medio de los peligros eres refugio,
pararrayos contra la justa ira de Dios.
En medio de las lágrimas, eres consuelo.
Tus hijos pueden sufrir, por ser ley todos,
pero nunca desesperan.
Saben mirar a través de las lágrimas
tu rostro materno que les llena de esperanza.


Ea, pues, Señora, abogada nuestra...

El nombre de abogada significa defensora.
Tú nos defiendes del maligno,
del que atacó a nuestra madre Eva en el Paraíso,
y la hirió pasándonos la herida.
Tú nos libras de peligros y tentaciones
que nos pudieran hacer perecer.
Contigo llevamos la frente alta por la vida,
hasta el destino final que es el cielo.
Desde allí intercede ante tu Hijo
por cada uno de tus hijos,
por mí también.


Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos

Sí, tus ojos...
Yo quiero asomarme a tus ojos, contemplarlos,
porque sólo de mirarlos me curo de mis tristezas,
su alegría se me contagia,
su pureza infinita se me participa.
Tus ojos, Madre Virgen, son océano
de gracia y de pureza.
Por eso necesito mirarlos, contemplarlos,
para que la bienaventuranza de los puros de corazón
me toque a mí también.
Nos miras con amor y misericordia.
Necesitamos de ambas realidades a morir.
porque somos débiles y miserables en abundancia.
Misericordia es lo que suplicamos.
Suplicamos a la misericordiosa Virgen.
Suplicamos a la más amorosa Madre.
A través de tus ojos aspiramos esa misericordia
y ese amor.
Es lo mejor que nos puedes regalar.
Eres misericordia y eres amor,
dos realidades que heredaste de Dios,
para regalarlas a tus hijos.


Y, después e este destierro...

Destierro, porque la patria no está aquí.
Porque la tierra, que es en sí hermosa,
se nos vuelve inhóspita y agraz, al pensar en el cielo.
Destierro, porque aquí te tenemos y tenemos a Dios,
pero todavía no es del todo y para siempre.
Podemos perderte, podemos perder a Dios,
¡Oh terrible posibilidad!
En el cielo Tú serás nuestra y nosotros tuyos
del todo y por toda la eternidad.
¡Qué inmensa beatitud!


Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre

Lo más grande que Tú tienes es Jesús.
Muéstranoslo, queremos verlo, conocerlo,
amarlo entrañablemente.
Desde que fuiste Madre de Jesús,
nunca podrás separarte de Él, es tu hijo.
Pero lo mismo que a Él, nos has engendrado
a cada uno de nosotros.
Somos por eso sus hermanos y tus hijos.
Ser hijo no siempre es bien valorado por éste
pero ser madre es muy bien conocido por ella.
Yo no conozco bien lo que significa ser tu hijo,
pero Tú sí sabes lo que significa ser mi madre.
Jesús es el hermano mayor y especial.
Debemos asemejarnos a Él.
danos la gracia de conocerlo como Tú lo conoces:
Un Dios amor que nos quiere
hasta la muerte de cruz,
que nos dio a su Madre, a Ti, para cada uno.
Déjanos ver su rostro, déjanos conocer su corazón,
concédenos amarlo con todas nuestras fuerzas.


Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María

Clemente, piadosa y dulce:
la trilogía de la misericordia encarnada en Ti.
Permítenos beber en tu fuente
el agua dulce de tu piedad.
Estamos tan necesitados de clemencia,
dulzura y piedad.
Pero tu fuente rebosa de esa agua pura.
Virgen María dulce: Eres el rosal sin espinas,
belleza de rosas perfumadas:
corremos al olor de tus perfumes.
Virgen María clemente: De Dios lo aprendiste,
Oh Madre del hijo pródigo.
Si algo sabes hacer con excelencia,
es el arte de la misericordia con tus hijos pecadores.
Necesitamos tanto tu capacidad de compasión,
porque somos pecadores maltratados por Satanás.
Virgen María piadosa:
Te compadeces del pecador,
de sus heridas purulentas, no queriendo ver su culpa.
Respondes con piedad y misericordia
a la negra ingratitud, como tu Hijo.
Misericordia del Hijo, misericordia de su Madre.
Gracias por ser dechados de piedad para nosotros,
que, si algo necesitamos, es misericordia y piedad.

9.27.2011

9.14.2011

Nuestra Señora de los Dolores

Nuestra Señora de los Dolores


María sufrió intensamente al pie de la cruz, junto a su Hijo; cada uno de los clavos le desgarraba su Corazón de madre.

La Iglesia, al contemplar hoy a María adolorida al pie de la cruz, exclama: "Oh Dulce Fuente de Amor, hazme sentir tu dolor para que llore contigo".

María, la Virgen Madre de Dios, es fuente de amor, purísimo y santo, desinteresado y sublime; y por eso sufre hasta lo más hondo de su ser. Nos ha amado tanto a nosotros, sus hijos pecadores, que hace suyos todos nuestros dolores, como Cristo en la cruz hace suyos todos nuestros pecados.

Todos los hombres somos solidarios los unos de los otros: nuestro bien es el bien de todos y nuestro mal repercute en todos. Lo demuestra Jesucristo en su Pasión, sufriendo por todos los hombres; lo indica María, su madre, asociándose al dolor de su hijo.

Nuestro sutil egoísmo se opone a esta ley providencial de solidaridad; por eso urge que nos acerquemos a esta Madre del dolor, fuente de amor sin egoísmo, para captar el verdadero misterio del dolor. Por eso cuando la Iglesia le pide que nos haga sentir la fuerza del dolor, para asociarnos a su pena, añade:

"Haz que mi corazón arda en amor de Cristo Dios".

Esto es lo que necesitamos todos: mucho fervor para amar a Cristo, como lo amó Ella; hondo amor para penetrar hasta su Divino Corazón; inmenso amor para hacer nuestras sus penas, como Ella hizo suyos los dolores de Cristo y los nuestros.

Pero ante todo, hay que contemplar a Cristo como Dios. Si no lo miramos así, jamás podremos comprender el misterio y la realidad del dolor que desgarra a la existencia humana.

¿Qué puede hacer el hombre de nuestros días, por fuera tan celoso de su modernidad, y por dentro tan lleno de temores y angustias? Que acuda a la Madre de la Misericordia y del amor: a María, que por los profundos dolores que sufrió, es siempre la Madre de la bondad y de la gracia, que estará siempre dispuesta a acogernos maternalmente con misericordia, para librarnos de los peligros y llevarnos hasta el corazón amoroso de su Hijo.

El Secreto del Santo Rosario

El Secreto del Santo Rosario

Nosotros también. 
Y ¿qué decir del Beato Alano de la Rupe, restaurador de esta devoción? La Santísima Virgen lo honró varias veces con su visita para ilustrarlo acerca de los medios de alcanzar la salvación, convertirse en buen sacerdote, perfecto religioso e imitador de Jesucristo.
Durante las tentaciones y horribles persecuciones del demonio, que lo llevaban a una extrema tristeza y casi a la desesperación, Ella lo consolaba, disipando con su dulce presencia tantas nubes y tinieblas. Le enseñó el modo de rezar el rosario, lo instruyó acerca de sus frutos y excelencias, lo favoreció con la gloriosa cualidad de esposo suyo, y, como arras de su casto amor, le colocó el anillo en el dedo, y al cuello un collar hecho con sus cabellos, dándole también un rosario. El abad Tritemio, el docto Cartagena, el sabio Martín Navarro y otros hablan de él elogiosamente.
Después de atraer a la Cofradía del Rosario a más de cien mil personas, murió en Zwolle, Flandes, el 8 de septiembre de 1475. 
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, de San Luis M. Grignion de Montfort) 
Comentario: 
Nosotros también podemos ser los predilectos y esposos de María como lo fue el Beato Alano, basta para ello que recemos todos los días el Rosario y tengamos celo en propagarlo por todas partes, entonces la Virgen nos tomará como sus predilectos y estaremos seguros contra las fuerzas del Infierno, que no podrá hacer nada contra nosotros.
Debemos enamorarnos cada día más de María, y lo lograremos si rezamos todos los días una o varias coronas del Rosario, porque ese es el modo de entrar en el Inmaculado Corazón de María, y aprender a conocer sus secretos encantos, que han cautivado al mismo Dios.
Si Dios está enamorado de la Virgen por su belleza sin igual, pensemos ¡qué clase de belleza tendrá María!, ya que Dios conoce sobre belleza, y si está enamorado de la Virgen, es porque Ella es bellísima.
También nosotros enamorémonos de María, y seremos felices ya en este mundo. Y rezando el Rosario todos los días es como nos unimos cada día más estrechamente a la Virgen.

9.12.2011

Docenario guadalupano

Docenario guadalupano



Por el padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita

Santa María de Guadalupe, Madre, Cuna  y Bandera de México

 Estamos en el Mes de la Patria.
En esta ocasión con muchos dolores por las desgracias múltiples en el país como las de Monterrey, Torreón y otros lugares así como por las lluvias intensas y otras calamidades  por los temporales en varias ciudades y Estados de la república. Pedimos por todas las familias afectadas especialmente en estos días en que celebramos las fiestas del nacimiento de la Virgen, Su Santísimo nombre —el 12— y sus dolores, el 15. ¡Buenos dolores que le hemos causado desde 1921, ya como nación reconocida!  Hemos de reparar a nuestro país con la fuerza de su Hijo Amado y la que  Ella nos alienta a poner en obra.
Estamos contemplando a nuestra Madre como maestra de vida y acción, para que, conociéndola más , le abramos el corazón para que nos acerque a su Hijo amado. Queremos seguir aprendiendo de Ella a ser buenos discípulos y misioneros suyos. En esta ocasión vamos a reflexionar sobre el papel de María en México como Madre, Cuna y  Bandera de nuestro país para que esto nos disponga a ser mejores discípulos, misioneros y servidores  de nuestros hermanos. Por supuesto que son pinceladas que cada quien irá enriqueciendo dado que hay mucha riqueza en este tema y ya hemos tocado estos puntos en diferentes ocasiones.

Primera consideración: María se presentó  a Juan Diego y a su pueblo como Madre que estaba preocupaba por el bienestar de todos.
La Madre de México, Señora del Tepeyac, salió al encuentro de Juan Diego y su pueblo cuando la situación era insoportable para el mismo obispo recién nombrado. Como buena Madre vino a asistirlos personalmente ante las angustias y dolores, penas y aflicciones de todos ellos, como se lo dijo a Juan Diego (N.M.32). Así lo hizo Jesús en su tiempo. En estas situaciones dolorosas de nuestro país Ella nos sigue asistiendo y motivando para que hagamos lo mismo que Jesús y Ella han hecho por nosotros y así seamos  buenos discípulos y misioneros del Señor. Hagamos lo que esté de nuestra parte para levantar a México como Ella nos levanta y nos seguirá levantando siempre.
Jaculatoria  apropiada: Reina de la nación México te proclama;    Lazo de nuestra unión; Vida de nuestra Patria.

Segunda consideración: María educó como discípulos obedientes a San Juan Diego, al obispo y al pueblo  y así se logró su encargo.
La salvación que Dios nos ofrece, centrada en Cristo, nos puede llegar de muy diversas maneras; Él es el que nos convoca y capacita para que su plan de salvación llegue a todos. Pero requiere  de nuestra colaboración consciente, libre y animosa. El papel de los padres como educadores de las nuevas generaciones es intransferible, ellos lo tienen que hacer, no hay sustitutos. Por eso Dios nos envió a María como verdadera Madre a acunar al nuevo pueblo que nació bajo “Su protección, amparo, auxilio y defensa” (N.M. 28 ).  Confiemos que así nos seguirá ayudando, acunando, fortaleciendo, consolando… para que hagamos lo mismo con los más necesitados de amor, compasión y apoyo al estilo de lo que Ellos hacen por nosotros…

Tercera consideración: Con la entrega de las flores la Virgen se convirtió  en testigo privilegiado y fidedigno  de la misericordia de Dios.
 La Virgen selló su actuación materna de una manera sensible, cordial, comprometida. Al dar las flores al pueblo y al obispo, a través de Juan Diego, se comprometió con la verdad de Dios a continuar haciendo su servicio materno y promotor con el nuevo pueblo que Dios estaba engendrando a través de Ella. Gracias a Juan Diego, al obispo, a Juan Bernardino y muchos más esta tierra pudo dar su fruto como primicia de los pueblos de América Latina que seguirían el camino iniciado en México por Dios y por María. Agradezcamos este testimonio y hagamos lo que hoy nos corresponde a todos como verdaderos discípulos y misioneros de Jesús y de María.

Cuarta consideración: Nuestro pueblo aceptó y recibió a María como Madre, quien sirvió a México como cuna de una nueva raza a la que Dios ha comprometido…
 Lo que Dios y María hicieron con nuestro pueblo ha sido original y único. Ninguna otra nación de la tierra ha nacido bajo tales cuidados de Dios y de María; ni el pueblo de Israel porque Ella todavía no había nacido… Con razón el Papa Benedicto XIV en el siglo XVIII dijo al conocer el acontecimiento mexicano de la Virgen, la frase del salmo que siempre se había aplicado a Israel: “Dios no ha hecho cosa igual con ninguna otra nación” (Salmo 147, al finalizar). Juan Pablo II lo entendió tan claramente que la proclamó: Madre de las Américas: Del Continente y las islas… Sintámonos felices y responsables, para hacer un México digno, cordial y habitable para todos, como buenos hijos misioneros de Dios y de María.

 Quinta consideración: El pueblo mexicano desde hace siglos, conquistado por el amor de María, la eligió como su Bandera, y nosotros seguimos eligiéndola como Maestra de vida y Bandera de identidad mexicana y misionera.
 Desde los inicios del Acontecimiento Guadalupano,  como dice con devoción el Nican Mopohua,  “… toda esta ciudad, sin faltar nadie, se estremeció cuando vino a ver, a admirar su preciosa imagen…” (214). Esto ha sido real desde ese tiempo, el Virreinato, la Independencia, la época revolucionaria, la lucha Cristera y todavía sigue sucediendo continuamente en la Basílica del Tepeyac y en todos los lugares, casas, comercios, carreteras donde veneramos a nuestra gloriosa Madre,“ la Guadalupana, que ha demostrado que tanto nos ama”. Con razón tantas novenas, peregrinaciones, cantos y otras muchas expresiones  dedicadas a Ella. Pero nos falta asumir, como verdaderos discípulos del Señor y de María, nuestro compromiso  social por los más débiles… Ella será la que nos ayude, como Madre y Maestra, a despertar a nuestro pueblo dormido para un trabajo concientizador, dinámico y bien planeado que, enarbolándola como Bandera nacional, pueda llevar a México por caminos de paz, justicia y solidaridad para todos. Confiemos en Ella, en Jesús y en nosotros mismos, para hacerlo.
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