10.29.2010

Contra los males de la sociedad.


Contra los males de la sociedad.
A esta oración [el Rosario] le han atribuido gran importancia muchos de mis Predecesores. Un mérito particular a este respecto corresponde a León XIII que, el 1 de septiembre de 1883, promulgó la Encíclica Supremi apostolatus officio, importante declaración con la cual inauguró otras muchas intervenciones sobre esta oración, indicándola como instrumento espiritual eficaz ante los males de la sociedad.
(De la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae)
Comentario:
El Rosario es instrumento eficaz contra todos los males de la sociedad. No hay problema, individual, familiar, nacional o mundial, que no se pueda resolver con el rezo perseverante del Santo Rosario, por eso los Papas lo han recomendado hasta el cansancio.
En estos tiempos en que el demonio, el Dragón rojo, que es el ateísmo marxista, quiere dominarlo todo y llevar al mundo al más profundo de los abismos, viene en nuestra ayuda la Santísima Virgen con esta oración celestial, su Santo Rosario, para que empuñando esta arma venzamos al demonio y a todos sus secuaces.
No perdamos tiempo inútilmente frente al televisor o en pasatiempos estériles, sino recemos más Rosarios, porque la salvación del mundo depende del rezo del Rosario, ya que para que María intervenga en favor nuestro, necesita de nuestras oraciones fervientes, de nuestros Rosarios bien rezados.
Llevemos todos nuestros problemas al Rosario, ya que rezándolo nos vendrá una gran paz y todas las cosas, las espirituales y las temporales, se arreglarán de la mejor manera posible.
¡Recemos el Rosario! ¡Es un pedido amoroso e insistente de nuestra Madre! ¡Hagámosle caso y cantaremos victoria, en el tiempo y en la eternidad!

María, Vencedora de Satanás.


María, Vencedora de Satanás.

Dice Jesús:Dios quiso oponer, frente al hombre y a la mujer pervertidos por Satanás, al Hombre nacido de una Mujer suprasublimada por Dios hasta el punto de generar sin haber conocido varón: Flor que genera Flor sin necesidad de semilla; sólo por el beso del Sol en el cáliz inviolado de la Azucena-María.¡La revancha de Dios!...Echa resoplidos de odio, Satanás, mientras Ella nace. ¡Esta Párvula te ha vencido! Antes de que fueras el Rebelde, el Tortuoso, el Corruptor, eras ya el Vencido, y Ella es tu Vencedora. Mil ejércitos en formación nada pueden contra tu potencia, ceden las armas de los hombres contra tus escamas, ¡oh, Perenne!, y no hay viento capaz de llevarse el hedor de tu hálito. Y sin embargo este calcañar de recién nacida, tan rosa que parece el interior de una camelia rosada, tan liso y suave que comparada con él la seda es áspera, tan pequeño que podría caber en el cáliz de un tulipán y hacerse un zapatito de ese raso vegetal, he aquí que te comprime sin miedo, te confina en tu caverna. Y su vagido te pone en fuga, a ti que no tienes miedo de los ejércitos; y su aliento libera al mundo de tu hedor. Estás derrotado. Su nombre, su mirada, su pureza son lanza, rayo, losa que te traspasan, que te abaten, que te encierran en tu madriguera de Infierno, ¡oh, Maldito, que le has arrebatado a Dios la alegría de ser Padre de todos los hombres creados!(De "El Evangelio como me ha sido revelado", María Valtorta) Comentario: María es la enemiga personal de Satanás, la que lo ha vencido y lo sigue venciendo en cada fiel que la invoca en su ayuda.¡Bendita María, que nos defiendes del adversario infernal y nos tomas como verdaderos hijos tuyos, para llevarnos a la salvación eterna!La mayor tortura del demonio será por toda la eternidad el tomar conciencia de que él, el ángel más perfecto del universo visible e invisible, fue vencido por una simple y pequeña mujercita: María Santísima. Esto es lo que constituirá su mayor tormento a su soberbia sin límites.Y nosotros, si queremos vencer también a los demonios que acechan nuestra vida, tenemos que encomendarnos a esta Virgen Pura, que es el terror del Infierno y a quien Dios mismo no le puede negar absolutamente nada de lo que Ella le pide.Pensemos que lo que Dios es y puede por naturaleza, María es y puede por gracia. Ella es la Omnipotencia Suplicante, por eso tenemos que ir confiados a sus pies, que no nos despachará sin solución a nuestros problemas espirituales o temporales.¡Bendita sea María por los siglos de los siglos!¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

10.28.2010

Reflexión del misterio del Santo Rosario



Reflexión del misterio del Santo Rosario
Primer misterio gozoso: "La Anunciación del Ángel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios".
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret (Lc 1, 26)
Reflexión:
El Arcángel Gabriel, enviado por Dios para anunciar a María la Encarnación del Señor, viene del Cielo a una región despreciada de Israel, para dar a entender que Dios no mira el lugar ni la nacionalidad, sino el corazón de quienes habitan esas regiones. Por eso jamás tenemos que despreciar a nadie, de cualquier país que sea, porque en todas partes hay justos, y donde menos uno lo espera, se encuentran santos que son agradables a Dios.
Jerusalén no mereció la visita del Ángel, sino Nazaret, porque en esa pequeña ciudad estaba María, la Perla del universo, la Obra Maestra del Altísimo, rezando y ofreciéndose por la venida del Mesías.
No importa el lugar donde vivamos o de la raza que seamos, sino que lo importante es tener bueno el corazón, porque Dios se manifiesta a los puros y sencillos, estén donde estén, y sean quienes sean. ¿O acaso le podemos prohibir algo a Dios? Seguramente si a los habitantes de Jerusalén les hubieran preguntado a dónde tenía que ir el Ángel Gabriel a dar el anuncio, sin dudar habrían dicho que debía ir a ellos. Pero Dios no piensa de la misma manera.
Hoy muchos en la Iglesia no quieren aceptar las apariciones y mensajes que da el Señor y su Madre en muchas partes, e incluso Obispos y teólogos se resisten a estas manifestaciones de Dios. Quieren corregir a Dios. Esto es el colmo de la soberbia.
Si el Ángel Gabriel fue a Nazaret, es porque allí había alguien que tenía una gran humildad, que es como el imán que atrae las manifestaciones del Señor.

10.26.2010

Con María y por María.


Con María y por María.
[El Rosario] Es oración mía porque ha sido compuesta Conmigo y por medio de Mí.
(Mensaje de la Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano)
Comentario:
¿Qué podemos esperar de una oración que ha sido compuesta con la Virgen María y por su medio? Podemos esperarlo todo. Y así sucede con el Santo Rosario, que es la oración predilecta de la Virgen, y por la cual se obtiene toda clase de favores celestiales y hasta temporales.
Si el demonio odia muchísimo a María, entonces también odiará muchísimo el Santo Rosario, y por lo tanto tratará de hacer cualquier cosa con tal de impedirnos que lo recemos todos los días.
Cuando rezamos el Rosario, nunca lo rezamos solos, sino que María nos acompaña en su rezo. ¿Y qué dones nos dará Dios si junto a nosotros la misma que pide es su Santísima Madre?
Por eso no perdamos tiempo inútilmente, dejemos de “matar” el tiempo con cosas que no llenan el alma, y dediquemos más tiempo a rezar más Rosarios, y comprobemos lo felices que nos hace esta práctica piadosa.
Porque, además, cada vez que rezamos el Rosario, tenemos junto a nosotros a la Santísima Virgen en persona, y por eso el rezo del Rosario es la forma más segura de tener la presencia de María en nuestras vidas.

10.23.2010

NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO



NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Virgen Inmaculada, Madre de Jesús y Madre nuestra, te invocamos con el nombre de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento porque Tú eres la Madre del Salvador que vive en la Eucaristía. De Ti tomó la carne y la sangre con las que Él nos alimenta en la Sagrada Hostia. Te invocamos también con este nombre porque la gracia de la Eucaristía nos viene por tu intermedio, pues Tú eres la Mediadora, el canal, por donde nos llegan las gracias de Dios. Y, por último, te llamamos Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, porque Tú fuiste la primera en vivir la vida Eucarística. Enséñanos a vivir la Santa Misa como Tú lo hiciste, a recibir la Santa Comunión de una manera digna y frecuente y a visitar a Nuestro Señor devotamente en el Santísimo Sacramento.
Virgen Inmaculada, Tú estuviste presente en la muerte de tu Hijo Divino en el Calvario, y ofreciste tu inmenso dolor en unión con Su Sacrificio. Después de la Resurrección estuviste de nuevo presente en el Sacrificio real, pero incruento, de tu Hijo en la Santa Misa. Enséñanos a unirnos a Jesucristo en la Consagración como Tú lo hiciste; obtén para nosotros la gracia de comprender la realidad de la Santa Misa; y despierta en nosotros el deseo de asistir a la Santa Misa frecuentemente.

Virgen Inmaculada, tus Comuniones fueron las más fervorosas y las más santas que jamás se hayan hecho. Cuando recibiste en tu Corazón a tu Hijo Divino, lo amaste más que nadie pueda amar a su Dios. Enséñanos a hacer que la Santa Comunión sea el centro de nuestra vida, como fue en la Tuya, para que nuestras vidas sean enteramente dedicadas a prepararnos para la venida de Jesús en la Comunión y agradecerle por el regalo de darse a Sí mismo a nosotros.

Virgen Inmaculada, después de la Ascensión de Jesús, tu consuelo al separarte de Él lo encontraste visitándole a menudo en el Santísimo Sacramento. Logra para nosotros la gracia de estar conscientes siempre de Su presencia en el Tabernáculo y de visitarlo frecuentemente como Tú lo hiciste, especialmente cuando estemos preocupados, solitarios, temerosos y con dolor de cuerpo o de mente. Enséñanos a recordar que Él siempre está allí, listo a escucharnos, a guiarnos, a protegernos y a consolarnos.

Virgen Inmaculada, Tú eres la modelo perfecta de todos quienes adoran al Santísimo Sacramento. Tú adoraste a Jesús en la pequeña Hostia blanca con la misma fe, reverencia y majestad que tuviste cuando lo adoraste en la primera Navidad y durante los demás años que viviste con Él. Enséñanos a no olvidar que esa pequeña Hostia blanca es realmente Dios, Infinito, Eterno y Omnipotente. Enséñanos también a conducirnos con la humildad y la solemnidad que se merece nuestro Dios todo el tiempo que estemos en Su presencia.

Virgen Inmaculada, Tú le diste a Jesús la acción de gracias más perfecta por la institución de la Eucaristía. Enséñanos a darle gracias a tu Divino Hijo por el regalo de Sí mismo en el Santísimo Sacramento. Enséñanos también a agradecerle debidamente después de haberlo recibido en la Comunión. Dado a que nuestro agradecimiento, por más bueno que sea, nunca se podrá comparar al Tuyo, permítenos ofrecerle tu agradecimiento después de la Comunión así como tu fervor, tu amor y tu devoción.

Virgen Inmaculada, Tú le ofreciste a Jesús la perfecta reparación en la Sagrada Hostia. Por amor a Él deseamos aceptar nuestras tribulaciones diarias y junto Contigo, consolarlo por la ingratitud de los hombres y las ofensas y agravios que sufre diariamente en el Santísimo Sacramento, tanto por los que creen como por los que no creen en Él.

Virgen Inmaculada, mientras que los Apóstoles iban predicando el Evangelio, Tú permaneciste junto a tu Divino Hijo en el Tabernáculo orando por las gracias que ellos necesitaban para convertir al mundo. Enséñanos a orar frente al Santísimo Sacramento donde día y noche donde Jesús nos espera para escuchar y atender nuestras peticiones. Enséñanos a orar no sólo por nosotros sino también por aquellos que no conocen su presencia en el Sacramento de Su Amor, para que Él les conceda el regalo de la fe y su Reino Eucarístico se extienda por todo el mundo.

Virgen Inmaculada, Adoradora perfecta de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, te pedimos nos alcances las gracias que necesitamos para adorar con mucho amor a nuestro Dios Eucarístico. Concédenos, te suplicamos, conocerlo mejor, amarlo más y que la Eucaristía sea el centro de nuestros días para que toda nuestra vida sea una oración constante de adoración, de acción de gracias, de reparación, y de petición a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. Amén.
Ruega por nosotros, Oh Virgen Inmaculada, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento. ¡Para que el Reino Eucarístico de nuestro Señor Jesucristo venga a nosotros! . Amén.

10.19.2010

El Secreto del Santo Rosario



El Secreto del Santo Rosario
Oración mental y vocal.
El rosario encierra dos realidades: la oración mental y la vocal. La oración mental en el santo rosario es la meditación de los principales misterios de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su santísima Madre. La oración vocal consiste en la recitación de quince decenas de avemarías, precedidas de un padrenuestro, unida a la meditación y contemplación de las quince principales virtudes que Jesús y María practicaron, conforme a los quince misterios del santo rosario.
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, de San Luis M. Grignion de Montfort)
Comentario:
Si rezamos el Rosario sin pensar en los misterios, entonces es como un cuerpo sin alma, porque justamente lo importante al rezar el Rosario es meditar en los misterios mientras vamos rezando vocalmente los padrenuestros y las avemarías.
No es necesario pensar en lo que se dice, sino más bien repetir mecánicamente y con amor las oraciones, mientras vamos contemplando las escenas del misterio que corresponde.
Y si nos gusta algún pasaje en especial, detengámonos en ese pasaje y disfrutémoslo, porque no hace falta contemplar la totalidad del misterio, sino que se puede uno detener en un aspecto del misterio que se contempla, en una escena que nos mueva más.
Rezar el Rosario es darle descanso a nuestra alma, por eso no debemos rezarlo con mucho esfuerzo sino que debe brotar como una oración espontánea, que nos hace descansar en Dios, y por el ritmo de la repetición vamos calmando el alma de los trabajos de la vida.

10.12.2010

docenario


Docenario guadalupano


Por el presbítero Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Santa María de Guadalupe y nuestras familias en el contexto del Bicentenario
Hemos comenzado en nuestra diócesis de Yucatán, en septiembre, nuestro caminar 2010-2011, y lo iniciamos con “Camino a Guadalupe”, uno de los tres caminos que iremos haciendo durante este año pastoral. En esta etapa el Señor Jesús nos invita a vivir en comunidad, con una nueva fraternidad en camino.
Esto nos facilita para este Mes de las Misiones la temática sobre la familia, primera educadora y formadora de la comunidad básica existencial para cada uno de nosotros, en donde se van formando y educando los misioneros y discípulos del Señor.
En las cuatro diócesis de nuestra Provincia Eclesiástica estaremos celebrando del 10 al 17 la Semana de la Familia. Espero que las consideraciones que ofrezco este mes nos refuercen para hacer camino con nuestras diócesis y de la mano de Santa María de Guadalupe, nuestra amorosa Madre, para llegar a su fiesta guadalupana muy bien preparados y esto nos disponga, como un gran Adviento, a las fiestas de la Navidad del Señor.
La Sagrada Familia nos iluminará nuestro caminar en este mes misionero y familiar.
Las próximas celebraciones del Centenario de la Revolución y las pasadas del Bicentenario de la Independencia nos pueden motivar para buscar, desde nuestras familias, mejores caminos para nuestra ciudad, nuestro Estado y nuestra Patria. La fiesta del Rosario el 7 pasado y otras de los santos de este mes nos ayudarán a iluminar nuestro camino. A caminar, este mes, con Jesús y María para gloria de Dios y bien de muchos.
Primera consideración.— La Sagrada Familia supo vivir la gran tarea de la educación.
Dios nos invita a hacer lo mismo en nuestras familias. Pensemos y sintamos un poco cómo la educación siempre estuvo presente en la Sagrada Familia para llevar una vida pacífica, amorosa, cordial.
María y José se tuvieron que re-educar al vivir ya solos como matrimonio y luego ejercieron esa tarea con el mismo Hijo de Dios.
Todos los días había que indicar al pequeño Jesús algunas cosas tradicionales, otras situacionales y de otros tipos que lo fueron disponiendo para saber estar en ese mundo palestino e israelita que le tocó vivir.
Hoy les pedimos a ellos tres que nos enseñen a no abandonar esta tarea educativa en todos los niveles de nuestra vida. Con todos los que oran hoy con nosotros en nuestras diócesis pidamos: “Que nosotros, los padres de familia, no perdamos de vista el deber de educar a nuestros hijos, y que, a ejemplo de San José y de María, procuremos vivir siempre en nuestros hogares el respeto, la comprensión, la humildad y el perdón”. Amén.
Jaculatoria: Vivamos en comunidad los valores que Cristo nos enseñó, para educarnos a vivir en fraternidad.
Segunda consideración.— La Sagrada Familia, modelo para educar a los hijos en la fe.
Si algo es importante en la familia, es educar en la fe que los papás tienen para que los hijos vivan los mismos valores éticos, solidarios, de intimidad con Dios, de participación activa con otros correligionarios.
Este valor lo vivieron muy de cerca José y María cuando le fueron inculcando a Jesús cómo comunicarse con Dios en lenguaje humano y cordial.
No por ser Dios iba a saltarse las experiencias humanas básicas a cualquier persona humana. Contemplemos a esta familia en sus momentos de peregrinación, de oración familiar con el Dios de Israel…
En los tiempos previos a la Independencia no solamente Hidalgo, Morelos y otros sacerdotes ejercieron la tarea de educar en la fe a sus feligreses; también don Miguel Domínguez y su esposa, la Corregidora de Querétaro, como cientos de familias más, educaron en la fe a todos nuestros próceres patriotas que en su totalidad fueron católicos. Agradezcamos que hayan hecho su tarea de educar en la Fe a sus hijos de manera tan concreta, tan existencial y solidaria.
Tercera consideración.— En la educación y transmisión de los valores más importantes, la Sagrada Familia es un modelo especial para todas las familias.
Toda familia, si quiere serlo de verdad, necesita inculcar los valores más altos a sus hijos: el sentido del trabajo, la honestidad, la colaboración en obras comunes, el buen vecindazgo, el sentido del servicio, la humildad, comprensión, adaptabilidad, solidaridad, paciencia, prudencia, benignidad, amor a la Patria y tantos más.
En el caso de la Sagrada Familia, ciertamente los habrán vivido espléndidamente.
San Juan Diego y su esposa María Lucía, en su tiempo, habrán inculcado estos valores a sus hijos en el contexto tan educado y refinado de la cultura tolteca-nahua.
Y muchas familias de nuestros próceres de la Independencia, y algunas de las de la Revolución habrán inculcado estos valores, de manera especial el amor por la Patria. Pidamos a la Sagrada Familia nos ayude a coeducarnos en todos estos valores.
Cuarta consideración.— Nuestra responsabilidad al coeducarnos. La Sagrada Familia, modelo de coeducación en los valores más sustanciales e importantes.
En el proceso educativo todos nos vamos coeducando o no educando, sobre todo en las familias, en donde vivimos continuamente pegados unos a otros por años. Allí se da la gran asimilación de valores o la pérdida de ellos.
Nuestro testimonio de vida es muy importante por lo que otros ven en nosotros, y desde nosotros, a Dios. De alguna manera le servimos como transparencia suya o negativa suya. Y esto especialmente se da en los padres y madres de familia.
Por eso la responsabilidad que tenemos todos en nuestra coeducación es de facilitar la captación de los valores que más deberíamos de atender y donde tendríamos que fijar más nuestra atención. Imaginemos la gran responsabilidad de José y María al aportar cada uno de ellos lo específico de su propia condición humana a favor del Hijo de Dios.
¡Y Dios Padre nos tiene como Hijos muy queridos a cada uno de nosotros! Asumamos nuestra responsabilidad sin miedos y complejos y que la Sagrada Familia, y los santos y santas de nuestra devoción nos inspiren para vivir con plenitud nuestras propias responsabilidades. Ciertamente, en México, los santos mexicanos nos darán su ayuda ejemplar.
Quinta consideración.— La Sagrada Familia y la familia de San Juan Diego, modelos de familias participativas.
Una leída rápida por el Evangelio y el Nican Mopohua, evangelio de México para el mundo, nos ponen en contacto con el modo de participar estas santas familias en la vida de sus pueblos.
A la Sagrada Familia la vemos en su casita de Nazaret y recorriendo poblaciones en sus peregrinaciones en donde se habrán apoyado para levantar las tiendas de campaña, prender el fuego, acarrear el agua, apoyar a los vecinos y a los compañeros de la peregrinación.
A María la vemos colaborando en las bodas de Caná junto con Jesús. A San Juan Diego lo vemos yendo y buscando los auxilios para su tío enfermo y para llevarle las flores al obispo. Después vemos a los pobladores de México colaborando para levantarle su primera casita a la Virgen al pie del Tepeyac. Todos amando, todos participando, como la Santísima Trinidad que es plenamente participativa en común en todas sus obras hacia nosotros.
¡Benditas santas personas que nos han hecho a su imagen y semejanza! Busquemos ser como ellas hasta que obtengamos una patria más participativa, más amable, solidaria y servicial para todos como lo buscaron quienes nos heredaron y ayudaron a configurar la patria que hoy tenemos.
Apoyos Bíblicos: Lc 2,41-52; Mt 10,16 y 28,16-20, Jn 2,1-12, Salmo 117(116). Nican Mopohua #s. 94-116 y 192-218. ** Para gloria de Dios y de Santa María de Guadalupe **
En contexto:
Santa María de Guadalupe y nuestras familias en el contexto del Bicentenario Hemos comenzado en nuestra diócesis de Yucatán, en septiembre, nuestro caminar 2010-2011, y lo iniciamos con "Camino a Guadalupe", uno de los tres caminos que iremos haciendo durante este año pastoral. En esta etapa el Señor Jesús nos invita a vivir en comunidad, con una nueva fraternidad en camino.Esto nos facilita para este Mes de las Misiones la temática sobre la familia, primera educadora y formadora de la comunidad básica existencial para cada uno de nosotros, en donde se van formando y educando los misioneros y discípulos del Señor.En las cuatro diócesis de nuestra Provincia Eclesiástica estaremos celebrando del 10 al 17 la Semana de la Familia. Espero que las consideraciones que ofrezco este mes nos refuercen para hacer camino con nuestras diócesis y de la mano de Santa María de Guadalupe, nuestra amorosa Madre, para llegar a su fiesta guadalupana muy bien preparados y esto nos disponga, como un gran Adviento, a las fiestas de la Navidad del Señor.

La Sagrada Familia nos iluminará nuestro caminar en este mes misionero y familiar. Las próximas celebraciones del Centenario de la Revolución y las pasadas del Bicentenario de la Independencia nos pueden motivar para buscar, desde nuestras familias, mejores caminos para nuestra ciudad, nuestro Estado y nuestra Patria. La fiesta del Rosario el 7 pasado y otras de los santos de este mes nos ayudarán a iluminar nuestro camino. A caminar, este mes, con Jesús y María para gloria de Dios y bien de muchos.Primera consideración.- La Sagrada Familia supo vivir la gran tarea de la educación. Dios nos invita a hacer lo mismo en nuestras familias. Pensemos y sintamos un poco cómo la educación siempre estuvo presente en la Sagrada Familia para llevar una vida pacífica, amorosa, cordial.

María y José se tuvieron que re-educar al vivir ya solos como matrimonio y luego ejercieron esa tarea con el mismo Hijo de Dios.Todos los días había que indicar al pequeño Jesús algunas cosas tradicionales, otras situacionales y de otros tipos que lo fueron disponiendo para saber estar en ese mundo palestino e israelita que le tocó vivir.Hoy les pedimos a ellos tres que nos enseñen a no abandonar esta tarea educativa en todos los niveles de nuestra vida. Con todos los que oran hoy con nosotros en nuestras diócesis pidamos: "Que nosotros, los padres de familia, no perdamos de vista el deber de educar a nuestros hijos, y que, a ejemplo de San José y de María, procuremos vivir siempre en nuestros hogares el respeto, la comprensión, la humildad y el perdón". Amén.Jaculatoria: Vivamos en comunidad los valores que Cristo nos enseñó, para educarnos a vivir en fraternidad.Segunda consideración.- La Sagrada Familia, modelo para educar a los hijos en la fe. Si algo es importante en la familia, es educar en la fe que los papás tienen para que los hijos vivan los mismos valores éticos, solidarios, de intimidad con Dios, de participación activa con otros correligionarios.Este valor lo vivieron muy de cerca José y María cuando le fueron inculcando a Jesús cómo comunicarse con Dios en lenguaje humano y cordial.

No por ser Dios iba a saltarse las experiencias humanas básicas a cualquier persona humana.

Contemplemos a esta familia en sus momentos de peregrinación, de oración familiar con el Dios de Israel.En los tiempos previos a la Independencia no solamente Hidalgo, Morelos y otros sacerdotes ejercieron la tarea de educar en la fe a sus feligreses; también don Miguel Domínguez y su esposa, la Corregidora de Querétaro, como cientos de familias más, educaron en la fe a todos nuestros próceres patriotas que en su totalidad fueron católicos. Agradezcamos que hayan hecho su tarea de educar en la Fe a sus hijos de manera tan concreta, tan existencial y solidaria.



En contexto:
Santa María de Guadalupe y nuestras familias en el contexto del Bicentenario Hemos comenzado en nuestra diócesis de Yucatán, en septiembre, nuestro caminar 2010-2011, y lo iniciamos con "Camino a Guadalupe", uno de los tres caminos que iremos haciendo durante este año pastoral. En esta etapa el Señor Jesús nos invita a vivir en comunidad, con una nueva fraternidad en camino.Esto nos facilita para este Mes de las Misiones la temática sobre la familia, primera educadora y formadora de la comunidad básica existencial para cada uno de nosotros, en donde se van formando y educando los misioneros y discípulos del Señor.En las cuatro diócesis de nuestra Provincia Eclesiástica estaremos celebrando del 10 al 17 la Semana de la Familia. Espero que las consideraciones que ofrezco este mes nos refuercen para hacer camino con nuestras diócesis y de la mano de Santa María de Guadalupe, nuestra amorosa Madre, para llegar a su fiesta guadalupana muy bien preparados y esto nos disponga, como un gran Adviento, a las fiestas de la Navidad del Señor.La Sagrada Familia nos iluminará nuestro caminar en este mes misionero y familiar. Las próximas celebraciones del Centenario de la Revolución y las pasadas del Bicentenario de la Independencia nos pueden motivar para buscar, desde nuestras familias, mejores caminos para nuestra ciudad, nuestro Estado y nuestra Patria. La fiesta del Rosario el 7 pasado y otras de los santos de este mes nos ayudarán a iluminar nuestro camino. A caminar, este mes, con Jesús y María para gloria de Dios y bien de muchos.


Primera consideración.- La Sagrada Familia supo vivir la gran tarea de la educación. Dios nos invita a hacer lo mismo en nuestras familias. Pensemos y sintamos un poco cómo la educación siempre estuvo presente en la Sagrada Familia para llevar una vida pacífica, amorosa, cordial.María y José se tuvieron que re-educar al vivir ya solos como matrimonio y luego ejercieron esa tarea con el mismo Hijo de Dios.Todos los días había que indicar al pequeño Jesús algunas cosas tradicionales, otras situacionales y de otros tipos que lo fueron disponiendo para saber estar en ese mundo palestino e israelita que le tocó vivir.Hoy les pedimos a ellos tres que nos enseñen a no abandonar esta tarea educativa en todos los niveles de nuestra vida. Con todos los que oran hoy con nosotros en nuestras diócesis pidamos: "Que nosotros, los padres de familia, no perdamos de vista el deber de educar a nuestros hijos, y que, a ejemplo de San José y de María, procuremos vivir siempre en nuestros hogares el respeto, la comprensión, la humildad y el perdón". Amén.Jaculatoria: Vivamos en comunidad los valores que Cristo nos enseñó, para educarnos a vivir en fraternidad.


Segunda consideración.- La Sagrada Familia, modelo para educar a los hijos en la fe. Si algo es importante en la familia, es educar en la fe que los papás tienen para que los hijos vivan los mismos valores éticos, solidarios, de intimidad con Dios, de participación activa con otros correligionarios.Este valor lo vivieron muy de cerca José y María cuando le fueron inculcando a Jesús cómo comunicarse con Dios en lenguaje humano y cordial. No por ser Dios iba a saltarse las experiencias humanas básicas a cualquier persona humana. Contemplemos a esta familia en sus momentos de peregrinación, de oración familiar con el Dios de Israel.En los tiempos previos a la Independencia no solamente Hidalgo, Morelos y otros sacerdotes ejercieron la tarea de educar en la fe a sus feligreses; también don Miguel Domínguez y su esposa, la Corregidora de Querétaro, como cientos de familias más, educaron en la fe a todos nuestros próceres patriotas que en su totalidad fueron católicos. Agradezcamos que hayan hecho su tarea de educar en la Fe a sus hijos de manera tan concreta, tan existencial y solidaria.

10.11.2010

Con el Rosario llueven gracias.




Con el Rosario llueven gracias.
Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor.
(De la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae)
Comentario:
Rezando el Rosario obtenemos una lluvia de gracias sobre nosotros, sobre nuestros seres queridos y sobre todo el mundo. Porque el Rosario es la oración predilecta de María, por la que Ella se complace en dar todo a sus hijos, ya que María es la que distribuye las gracias del Altísimo.
Si pudiéramos ver con nuestros ojos lo que es el rezo del Rosario, los beneficios celestiales que se obtienen con su rezo, no perderíamos tanto tiempo en frivolidades y en pasatiempos inútiles, sino que dedicaríamos un tiempo considerable del día en hacer oración por este medio, es decir, rezaríamos más rosarios, y así estaríamos mejor protegidos contra el Maligno, y protegeríamos mejor a nuestros familiares y amigos, y envolveríamos el mundo entero con la cadena del Rosario, que sería una protección para toda la tierra y la humanidad.
Dios ha destinado, desde toda eternidad, muchas gracias para cada uno de nosotros, pero ha condicionado el dárnoslas a que nosotros se las pidamos. Pues bien, una forma excelente de pedírselas es mediante el rezo del Rosario.

10.10.2010

VIRGEN DEL PILAR


Dios te salve María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra!
A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.
Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y empeño de cuantos trabajan por el Reino de Cristo.
En tus manos pongo la fatiga y el sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su ciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.
En tu Corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos, procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano, prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia.
Virgen Santa del Pilar: Aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea.

10.07.2010

¿Por qué rezar el Rosario?



¿Por qué rezar el Rosario?

Son muchísimos los que por haber rezado con toda fe su Rosario lograron obtener una buena y santa muerte y ahora gozan para siempre en el cielo Autor: El Santo Rosario Fuente: -
Cuentan los antiguos que cuando Santo Domingo de Guzmán empezaba a desanimarse al ver que en los sitios donde predicaba la gente no se convertía y la herejía no se alejaba, le pidió a Nuestra Señora le iluminara algún remedio para conseguir la salvación de aquellas personas y que Ella le dijo en una visión: "Estos terrenos no producirán frutos de conversión sino reciben abundante lluvia de oración". Desde entonces el santo se dedicó a hacer rezar a las gentes el Padre Nuestro y el Ave María y a recomendarles que pensaran en los misterios de la Vida, Pasión y Muerte de Jesús.

Muy pronto las conversiones fueron muy numerosas y las gentes de aquellas regiones volvieron a la verdadera religión. Hoy por hoy, después de la Santa Misa, el Rosario es quizás la devoción más practicada por los fieles. Los enemigos de la religión católica (protestantes, etc.) han dicho y siguen diciendo horrores contra el Santo Rosario pero los católicos han experimentado y siguen experimentando día por día los extraordinarios favores divinos que consiguen con esta santa devoción.

¡Cuántas personas han logrado verse libres de pecados y de malas costumbres el dedicarse a rezar con devoción el santo Rosario! ¡Cuántos hay que desde que están rezando el Rosario a la Virgen María han notado como su vida ha mejorado notoriamente en virtudes y en buenas obras! Son muchísimos los que por haber rezado con toda fe su Rosario lograron obtener una buena y santa muerte y ahora gozan para siempre en el cielo.

Ojalá leyéramos algún libro que hable de las maravillas que se consiguen con el rezo del Santo Rosario. Basta saber que el Rosario ha sido recomendado por muchos Sumos Pontífices y aprobado por la Iglesia Católica en todo el mundo, y que a los que lo rezan se les conceden numerosas indulgencias. Se llama indulgencia la rebaja de castigos que tendríamos que sufrir en la otra vida por nuestros pecados.

La Iglesia Católica con el poder que Jesús le dio cuando dijo: "Todo lo que desates en la tierra queda desatado en el cielo", puede conceder a los fieles que por ciertas devociones se les rebaje parte de los castigos que tendrían que sufrir en el purgatorio.

"Se confiere una indulgencia plenaria si el rosario se reza en una iglesia o un oratorio público o en familia, en una comunidad religiosa o asociación pía; se otorga una indulgencia parcial en otras circunstancias" (Enchiridion de Indulgencias, p. 67)

Condiciones:

1. Que se recen las cinco decenas del Rosario sin interrupción

2. Las oraciones sean recitadas y los misterios meditados

3. Si el Rosario es público, los Misterios deben ser anunciados

Además debe cumplirse:

1. Confesión Sacramental

2. Comunión Eucarística

3. Oraciones por las intenciones del Papa Si no se cumplen las condiciones para la indulgencia plenaria, puede aún ganarse indulgencia parcial.La indulgencia puede ser aplicada a los difuntos.

La indulgencia plenaria solo puede ganarse una vez al día (excepto en peligro de muerte).

"Lo maravilloso del Santo Rosario no es la repetición de las avemarías o de la mesa bien dispuesta que sostiene la imagen de la Virgen, sino la experiencia de la unidad que se conforma en todo el mundo entero para alabar y bendecir a Dios por los motivos inmensos de su amor para con la humanidad. Es una rica costumbre de la piedad popular donde la Santísima Virgen se hace universal y de mucha importancia para los creyentes.

Es la magnífica oportunidad que tenemos todos de experimentar en la fe ese amor a Dios en María Santísima, a la cual le había confiado esa misión salvífica.

Es el santo rosario el lugar para reconocer a María Virgen como la Madre del Señor Jesús y en el plano de la gracia, Madre de todos nosotros. Es a la vez el reconocimiento de que Dios a través de Ella interviene a favor nuestro. Es una oración connatural a la gente sencilla que reconoce la elegancia de Dios para hacer nacer a Jesús, el Salvador del vientre inmaculado de la Virgen María. Por eso en cada decena de las avemarías se medita el sufrimiento, la lucha y el triunfo en ese caminar de Jesús por el camino de la vida, donde la Virgen estuvo presente y actuante para ayudarle a cumplir su misión salvadora.

Mi madre solía decir, que el rosario era tan sagrado porque en el estaba todo Jesús y toda María. Por eso, hoy en día, se hace necesario, que el santo rosario ocupe ese espacio tan vivo en los hogares". (P. Marcelo Rivas Sánchez,

El Reino de Dios vendrá por María.


El Reino de Dios vendrá por María.

El corazón me ha dictado cuanto acabo de escribir con alegría particular para demostrar que la excelsa María ha permanecido hasta ahora desconocida y que ésta es una de las razones de que Jesucristo no sea todavía conocido como debe serlo. De suerte que si el conocimiento y reinado de Jesucristo han de dilatarse en el mundo –como ciertamente sucederá– esto acontecerá como consecuencia necesaria del conocimiento y reinado de la Santísima Virgen, quien lo trajo al mundo la primera vez y lo hará resplandecer la segunda. (del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María)

Comentario:

Por eso, si trabajamos por extender el culto a la Santísima Virgen y nos consagramos a Ella y hacemos que otros se le consagren, estamos trabajando por la venida del Reino de Dios, del Reino de Cristo a la tierra, el cual pedimos en el Padrenuestro: “Venga a nosotros tu Reino”, y que vendrá como consecuencia del reinado de la Santísima Virgen, pues Ella lo dio a luz la primera vez, y lo volverá a dar a luz, aunque de manera diferente, en la Segunda Venida. El Espíritu santo debe venir a renovar todo este mundo desde sus cimientos. Pero el Espíritu vendrá en la medida en que en las almas esté María, su Esposa indisoluble; entonces Él bajará como globo de fuego sobre los hombres y conducirá a la Iglesia y al mundo a un nuevo Paraíso terrestre. Esto es lo que promete la Virgen y Jesús en muchas de sus apariciones y mensajes.¡Dulce Corazón de María! ¡Sé la salvación del alma mía!

10.06.2010

Nuestra Señora del Rosario


Nuestra Señora del Rosario
«En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María. Y habiendo entrado donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba que significaría esta salutación. Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará eternamente sobre la casa de Jacob, y su Reino no tendrá fin. María dijo al ángel: ¿De que modo se hará esto, pues no conozco varón? Respondió el ángel y le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá será llamado Santo, Hijo de Dios (...). Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró de su presencia.» (Lucas 1, 26-38)
I. Madre, el Evangelio de hoy narra el momento de la anunciación: el día en el que conociste con claridad tu vocación, la misión que Dios te pedía y para la que te había estado preparando desde que naciste. «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.» No tengas miedo, madre mía, pues aunque la misión es inmensa, también es extraordinaria la gracia, la ayuda que has recibido de parte de Dios. «¿De qué modo se hará esto, pues no conozco varón?»
Madre, te habías consagrado a Dios por entero, y José estaba de acuerdo con esa donación de tu virginidad. ¿Cómo ahora te pide Dios ser madre? No preguntas con desconfianza, como exigiendo más pruebas antes de aceptar la petición divina. Preguntas para saber cómo quiere Dios que lleves a término ese nuevo plan que te propone. «El Espíritu Santo descenderá sobre ti.»
Dios te quiere, a la vez, Madre y Virgen. «Virgen antes del parto, en el parto y por siempre después del parto» (Pablo IV). «He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra.» Madre, una vez claro el camino, la respuesta es definitiva, la entrega es total: aquí estoy, para lo que haga falta. ¡Qué ejemplo para mi vida, para mi entrega personal a los planes de Dios! Madre, ayúdame a ser generoso con Dios. Que, una vez tenga claro el camino, no busque arreglos intermedios, soluciones fáciles. Sé que si te imito, Madre, seré enteramente feliz.
II. «Nuestra Madre es modelo de correspondencia a la gracia y, al contemplar su vida, el Señor nos dará luz para que sepamos divinizar nuestra existencia ordinaria. (...) Tratemos de aprender, siguiendo su ejemplo en la obediencia a Dios, en esa delicada combinación de esclavitud y de señorío. En María no hay nada de aquella actitud de las vírgenes necias, que obedecen, pero alocadamente. Nuestra Señora oye con atención lo que Dios quiere, pondera lo que no entiende, pregunta lo que no sabe. Luego, se entrega toda al cumplimiento de la voluntad divina: «he aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra».
¿Veis la maravilla? Santa María, maestra de toda nuestra conducta, nos enseña ahora que la obediencia a Dios no es servilismo, no sojuzga la conciencia: nos mueve íntimamente a que descubramos «la libertad de los hijos de Dios» (Es Cristo que pasa.-173).
Madre, hoy se ve a mucha gente que no quiere que le dicten lo que debe hacer, que no quiere ser esclavo de nada ni de nadie. Paradójicamente, se mueven fuertemente controlados por las distintas modas, y no pueden escapar a la esclavitud de sus propias flaquezas. Tú me enseñas hoy que el verdadero señorío, la verdadera libertad, se obtiene precisamente con la obediencia fiel a la voluntad de Dios y con el servicio desinteresado a los demás.
El escenario ahora no es Jerusalén ni el Templo, sino que es Galilea, es «Nazaret»; no es el mundo eclesiástico, sacerdotal, cualificado, sino la ciudad, la calle, el mundo civil de la gente corriente. El mensajero es san Gabriel. Y san Gabriel se dirige ahora a una muchacha. El evangelio nos dice que era una virgen que estaba desposada; «y el nombre de la Virgen era María». Los relojes del mundo se aprestan para sonar las campanadas del Nuevo Testamento. Los justos todos, que descansaban en el seno de Abraham, se estremecen de gozo pensando en esta hora de liberación. El Verbo eterno está dispuesto para el paso definitivo: sin dejar de ser Dios será hombre también.
«-Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Éste es el saludo nunca jamás escuchado por oídos humanos. Primero, un imperativo de alegría. En el mundo griego se saludaba así: "Alégrate", y se respondía al saludo diciendo "Alégrate más". Al que deseaba alegría se correspondía deseándosela también. Pero hay alegría y alegría. No se trata aquí de un saludo corriente ni de una expresión habitual. Es, por el contrario, la concreción de todos los anuncios mesiánicos que, en el Antiguo Testamento, vienen dados en términos de gozo incontenido: «Alégrate, hija de Sión; lanza gritos de júbilo, Israel; gózate y alégrate de todo corazón..., porque Yahweh, tu Dios, viene a morar en medio de ti» (Zach 2, 14 ss.)
San Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, ha querido utilizar un verbo de alegría. Y bien utilizado está. Después del saludo, un nombre nuevo. En el registro de Dios el nombre de la Virgen era ése: Plenitud de gracia, llena de gracia. Plenitud de gracia, Cristo -por ser Él quien es-, y María Santísima, por una especialísima elección de Dios. Plenitud de gracia, nadie más. Y después del saludo y del nombre nuevo, una solemne promesa de presencia divina: «El Señor está contigo.» Nunca la presencia de Dios fue tan grande, tan intensa, tan íntima, como en esta Virgen llamada María.
Dios está en las cosas todas, está en la piedra y está en la flor; Dios está especialmente en el conocimiento de los hombres y en el amor; Dios está en el alma de los justos como en un templo recibiendo adoración... Pero en nadie como en María. No sólo por el conocimiento y la voluntad, no sólo por la gracia sino también por la carne, que Él quiso tomar de sus entrañas para hacerse Dios con nosotros. Dios contigo y, por ti, Dios con nosotros.
El ángel se calló. Contemplaba lleno de asombro las dos primeras reacciones de la Virgen: -una inicial turbación interior, -y una actitud de reflexión profunda. Esta inquietud interior de María, este desvelo, no tiene parangón. Por lo tanto, no se identifica en absoluto con la turbación de Herodes al enterarse del nacimiento de Cristo (Mt 2, 3), ni siquiera con la turbación de Zacarías en el momento en que se le apareció el ángel (Lc 1, 12), ni tampoco con el nerviosismo de los apóstoles cuando vieron a Jesús caminar sobre las aguas y creyeron que era un fantasma (Mt 14, 26).
Más bien está en la línea de la finísima sensibilidad del Señor cuando, en las vísperas de su Pasión, dijo: «Ha llegado la Hora en que el Hijo del Hombre sea glorificado. Ahora mi alma está turbada, ¿y qué diré? Padre, glorifica tu nombre» (Juan 12, 27). ¿Y su reflexión? Su reflexión era discurrir en su interior, con una nota de asombro, como cuando las gentes del pueblo «discurrían en su corazón» pensando si Juan Bautista sería el Mesías que todos esperaban (Lc 3, 15).
El ángel se da cuenta de lo que pasa en el interior de la Virgen, y se apresura a decirle: «-No temas, María». Y le explicó su embajada: -«Has hallado gracia delante de Dios.» No una gracia común sino la más grande de todas, la perla escondida, el tesoro oculto, no sólo la gracia sino al autor de la gracia, la gracia suprema de la divina maternidad. En efecto, «concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo a quien pondrás por nombre Jesús».
Cuando Nestorio intente negarle a la Virgen esta gracia extraordinaria, el Concilio de Éfeso lo excomulgará como hereje y definirá solemnemente el dogma de fe: María es Zeotókos, Madre de Dios hecho hombre, al que ella misma puso por nombre Jesús. No existe otro nombre en el que podamos encontrar la salvación más que este nombre de Jesús. El es grande, grande en cuanto Dios y también en cuanto hombre es Hijo de Dios, hijo natural, no adoptivo, hijo propio, hijo verdadero, en quien el Padre tiene puestas sus complacencias.
«Y María dijo: ¿Cómo será eso pues no conozco varón?» Hasta ahora hemos visto su reacción interior. Ahora conocemos sus palabras, las primeras palabras de la Virgen reseñadas en el evangelio. Y se trata de una pregunta. Pero no es una pregunta de duda ni de desconfianza. María sabía perfectamente -lo había dicho Isaías- que una Virgen concebiría y daría a luz a un hijo (Is 7, 14), precisamente al Enmanuel, Dios con nosotros. Lo que no sabía era el cómo.
Y tal es justamente su pregunta: «¿Cómo será eso pues no conozco varón?», ¿cómo se unen a la vez virginidad y maternidad? No cogió de sorpresa a Dios esta pregunta, pero ciertamente le dio alegría: todo salía como estaba previsto, hasta la última jota y hasta la última tilde. Virgen prudentísima deseosa de obedecer, plenamente conforme con la voluntad de Dios, Virgen digna de alabanza por su equilibrio y su serenidad. «Y el ángel le da la respuesta: El Espíritu Santo, la fuerza del Altísimo, la potencia amorosa de Dios te cubrirá con su sombra, y de ti nacerá el Hijo de Dios.» Los signos de la alianza dentro del Arca Santa, y sobre ella la sombra luminosa de Yahweh.
Esta era la respuesta: María, Nueva Arca de la Alianza, llevaría en su interior no un signo sino la Alianza viva de Dios con los hombres, y ello no por obra de varón sino por la acción todopoderosa del Señor. Y así, de Ella, como Hijo propio, nacería el Hijo de Dios.
Los Padres y los teólogos precisan: Cristo es totalmente obra del Padre y de la Virgen, hijo del Padre y de la Virgen, pero no son dosel hijo de Dios y el hijo de María, sino que el mismo y único Hijo eterno del Padre es, hecho hombre, hijo también de María. El arcángel añade un dato. No como prueba o señal que corrobore sus palabras, sino como información que interesaba a la Virgen: «-Isabel, tu pariente espera un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril.» ¡La llamaban estéril! Así la conocían en muchos ambientes y así la llamaban: ¡la estéril! Pero ahora iba a ser madre.
La esterilidad había dado paso a la fecundidad. Y ello era obra de la misericordia de Dios. El corazón de María tuvo que alegrarse inmensamente con esta noticia comunicada por el ángel. Y esa nota gozosa se trasluce en su entrega a la voluntad de Dios: «-He aquí la esclava del Señor.» «¡La esclava!» La Virgen sabía muy bien qué significaba esa palabra tan de uso común en su tiempo. Era palabra que no agradaba a los fariseos: «Somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos, ¿cómo dices tú: Seréis libres?» (Juan 8, 33.) Le agradaba sin embargo a Jesucristo: El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir (Mt 20, 28).
También a la Virgen le agradaba. La criatura más libre de todas, se entrega como la primera servidora de Dios. La realeza es servicio. Servir a Dios es reinar. «-Hágase en mí según tu palabra.» He aquí un acto de entrega en el que vale la pena pararse un momento. «Hágase» es una expresión que la encontramos en el Nuevo Testamento, sobre todo en dos ocasiones: Cuando Cristo, en el Huerto de los Olivos, dice al Padre: «Hágase tu voluntad, no la mía» (Lc 22, 42), y también en el Padrenuestro que rezan los cristianos: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo» (Mt 6, 10).
Esta palabra (de la Virgen, y de Cristo, y de los cristianos) es la misma en castellano («hágase») y en latín (fiat), pero no es la misma en el texto griego original. La de Cristo y de los cristianos es fundamentalmente un acto de voluntad: es la conformidad de la voluntad humana con la divina pase lo que pase, aunque cueste la vida, aunque haya que apurar el cáliz de la Pasión. Pero el «hágase» de la Virgen incluye un matiz optativo, un deseo, un ansia gozosa de entregarse.
No, no es que sea más perfecta su entrega que la de Cristo, ni más rendida, ni más amorosa. Cierto que no. Pero el matiz de la palabra original es distinto y hay que reseñarlo: tal vez porque la Virgen es mujer, quizá porque es más conforme con la psicología femenina. El «hágase» de María es un mundo de luz en el pórtico mismo de la encarnación del Verbo en su seno virginal. (Párrafos tomados de la introducción de la Carta Apostólica: "Rosarium Virginis Mariae"): El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio.
En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (duc in altum!), para anunciar, más aún, ’proclamar’ a Cristo al mundo como Señor y Salvador, «el Camino, la Verdad y la Vida» (Juan 14, 6), el «fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización». (G. S., 45).
El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.
Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo. Dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo mi alma, me expresé así: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad. [...]
Se puede decir que el Rosario es, en cierto modo, un comentario-oración sobre el capítulo final de la Constitución "Lumen gentium" del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia. En efecto, con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo.
El Rosario en su conjunto consta de misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, y nos ponen en comunión vital con Jesús a través ?podríamos decir? del Corazón de su Madre. Al mismo tiempo nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón.
De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana». (Ángelus 5 noviembre 1978). Cuántas gracias he recibido de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años: Magnificat anima mea Dominum! Deseo elevar mi agradecimiento al Señor con las palabras de su Madre Santísima, bajo cuya protección he puesto mi ministerio petrino: Totus tuus! Recitar el Rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo.

UN MILLON DE NIÑOS


10.02.2010

Para meditar las palabras del Salve Regina


Para meditar las palabras del Salve ReginaTe saludamos con sonrisas, flores, y canciones. Oh María, la mujer más digna del amor. Autor: P. Mariano de Blas LC Fuente: Catholic.net
Meditemos esta oración para disfrutar más el Rosario.
Dios te salve
Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones Oh María, la mujer más digna del amor.
Desde niño me enseñaron esta oración mis padres queriendo que yo te amara y venerara como ellos lo hacían.
Y desde entonces sigo rezando y cantando esta bella plegaria todos los sábados y a la hora del rosario cotidiano.
Dios te salve, maravilla de mujer y de Madre,lirio hermoso de los valles y praderas.
Pensando en Ti me vuelvo poeta me dan ganas de cantar.
Mis versos son para Ti, mis canciones te las canto a Ti.
Reina y Madre de misericordia
Lo que más necesitamos es misericordia,porque somos infinitamente miserables.
Tu amor inmenso hacia tus hijos se convierte en océano de bondad, de misericordia, y de piedad.
Te agradecemos tu amor, tu virtud excelsa,veneramos tu grandeza incomparable pero sobre todo agradecemos la misericordia de tu rostro y de tu corazón.
Tienes ojos y corazón hechos de bondad.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...
Vida nuestra
Nos animas a vivir, Haces feliz nuestra vida,
Nos otorgas calidad de vida,porque contigo vale la pena vivir.
No vamos solos por la vida.¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?Tú lo dijiste.
Y cumples las promesas.
Dulzura
Suavidad, serenidad, paz.Contigo estamos al abrigo de tormentas y huracanes.
Tu corazón es refugio montañero, es brisa de primavera, es cantar de pajarillos,es cristalina fuente, dulzura de la vida, de mi vida.
Y esperanza nuestra
Todo lo espero de Dios por medio de Ti,porque Dios te ama muchísimo y Tú me amas muchísimo.
Contigo no cabe la desesperanza y la tristeza.
En las orillas de tu manso río crecen los pastos y las flores en toda estación.
Tú eres una eterna primavera,rosal florido, perfumado, digno de contemplarse.
De Ti lo espero todo y más de lo que esperan todos los niños de sus mamás.
Espero que me lleves al cielo.Espero que me hagas feliz.
Espero contemplarte en el cielo en un éxtasis de amor.
Eres hermosísima paloma blancaque vuelas en mi jardín.
Alegras mis días y mis noches.
Me haces sonreír y mirar hacia delante con ilusión y entusiasmo.
La vida sin Ti no tendría sabor ni sentido.
Pero contigo sí quiero vivir.
Quiero contemplarte en el lirio del campo,en la rosa perfumada, en el blanco clavel,en todas las flores de las praderas,en las estrellas de la noche.
Dios te salve
Te saludamos, te cantamos, te llevamos mañanitas, Oh dulce madre.
Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva
Fuimos hijos de Eva para desgracia nuestra.
Pero somos hijos tuyos para completa felicidad.
Si triste y dura fue la herencia de nuestra madre Eva,inmensamente rica es la herencia que nos viene de Ti.
El destierro se dulcifica porque Tú nos acompañas cada día.
Así nuestro desierto florece y se vuelve llevadero.
¡Qué dura sería la vida sin tu dulce compañía!¡Qué cardos, qué espinas no produciría!Pero entre los cardos y espinas tu mano amorosa ha plantado muy bellas rosas.
A Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas
Siempre nos quedas Tú.
En medio de los peligros eres refugio, pararrayos contra la justa ira de Dios.
En medio de las lágrimas, eres consuelo.
Tus hijos pueden sufrir, por ser ley todos,pero nunca desesperan.
Saben mirar a través de las lágrimas tu rostro materno que les llena de esperanza.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra...
El nombre de abogada significa defensora.
Tú nos defiendes del maligno,del que atacó a nuestra madre Eva en el Paraíso,y la hirió pasándonos la herida.
Tú nos libras de peligros y tentacionesque nos pudieran hacer perecer.
Contigo llevamos la frente alta por la vida,hasta el destino final que es el cielo.
Desde allí intercede ante tu Hijo por cada uno de tus hijos,por mí también.
Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos
Sí, tus ojos...Yo quiero asomarme a tus ojos, contemplarlos,porque sólo de mirarlos me curo de mis tristezas,su alegría se me contagia,su pureza infinita se me participa.
Tus ojos, Madre Virgen, son océano de gracia y de pureza.
Por eso necesito mirarlos, contemplarlos,para que la bienaventuranza de los puros de corazón me toque a mí también.
Nos miras con amor y misericordia.
Necesitamos de ambas realidades a morir.
porque somos débiles y miserables en abundancia.
Misericordia es lo que suplicamos.
Suplicamos a la misericordiosa Virgen.
Suplicamos a la más amorosa Madre.
A través de tus ojos aspiramos esa misericordia y ese amor.
Es lo mejor que nos puedes regalar.
Eres misericordia y eres amor, dos realidades que heredaste de Dios,para regalarlas a tus hijos.
Y, después e este destierro...
Destierro, porque la patria no está aquí.
Porque la tierra, que es en sí hermosa,se nos vuelve inhóspita y agraz, al pensar en el cielo.
Destierro, porque aquí te tenemos y tenemos a Dios,pero todavía no es del todo y para siempre.
Podemos perderte, podemos perder a Dios,¡Oh terrible posibilidad!
En el cielo Tú serás nuestra y nosotros tuyosdel todo y por toda la eternidad.¡Qué inmensa beatitud!
Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre
Lo más grande que Tú tienes es Jesús.Muéstranoslo, queremos verlo, conocerlo,amarlo entrañablemente.
Desde que fuiste Madre de Jesús,nunca podrás separarte de Él, es tu hijo.
Pero lo mismo que a Él, nos has engendradoa cada uno de nosotros.
Somos por eso sus hermanos y tus hijos.
Ser hijo no siempre es bien valorado por éste pero ser madre es muy bien conocido por ella.
Yo no conozco bien lo que significa ser tu hijo,pero Tú sí sabes lo que significa ser mi madre.
Jesús es el hermano mayor y especial.Debemos asemejarnos a Él.danos la gracia de conocerlo como Tú lo conoces: Un Dios amor que nos quiere hasta la muerte de cruz,que nos dio a su Madre, a Ti, para cada uno.
Déjanos ver su rostro, déjanos conocer su corazón,concédenos amarlo con todas nuestras fuerzas.
Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María
Clemente, piadosa y dulce:la trilogía de la misericordia encarnada en Ti.
Permítenos beber en tu fuente el agua dulce de tu piedad.
Estamos tan necesitados de clemencia,dulzura y piedad.
Pero tu fuente rebosa de esa agua pura.Virgen María dulce: Eres el rosal sin espinas, belleza de rosas perfumadas:corremos al olor de tus perfumes.
Virgen María clemente: De Dios lo aprendiste,Oh Madre del hijo pródigo.
Si algo sabes hacer con excelencia,es el arte de la misericordia con tus hijos pecadores.
Necesitamos tanto tu capacidad de compasión, porque somos pecadores maltratados por Satanás.
Virgen María piadosa:Te compadeces del pecador, de sus heridas purulentas, no queriendo ver su culpa.
Respondes con piedad y misericordiaa la negra ingratitud, como tu Hijo.
Misericordia del Hijo, misericordia de su Madre.Gracias por ser dechados de piedad para nosotros,que, si algo necesitamos, es misericordia y piedad.
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