Docenario Guadalupano Lunes, 8 de diciembre de 2014 -
Padre Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Hoy vamos a dedicar estas consideraciones a la obra suprema de Dios después de la Encarnación del Verbo-Palabra Eterna del Padre. Gocemos esta realidad que supera todas las expectativas humanas. Y encomendemos a tantos niños que estarán siendo concebidos hoy mismo para que les respeten la vida y crezcan sanos y santos como Dios y María quieren. Pidamos la conversión de nuestro país porque ante la Inmaculada concepción y vida de María estamos muy sucios y contaminados.
Primera consideración: María fue predestinada por Dios desde la eternidad para ser Madre del Hijo de Dios y por lo tanto Inmaculada en todo. Imaginemos al Padre cómo elige a María. ¡Cómo se la imagina! Cómo determina que nazca sin pecado original. ¡Qué belleza concibe la Santísima Trinidad para que pueda descender a este mundo la segunda Persona Divina, el Verbo Eterno del Padre! Dios hizo posible este acontecimiento único en la historia porque María iba a ser la Madre del Mesías-Dios-Salvador. Todo el universo se queda chico ante la belleza incontaminada de María. Pidámosle a Ella que nos enseñe a amar y a sorprendernos del amor y poder de Dios, como Ella lo hace.
Segunda consideración: María es concebida sin pecado original. La obra suprema de Dios hasta ese momento de la Historia fue la concepción de la Santísima Virgen sin pecado. ¡Qué increíble regalo de Dios para Ella y para la humanidad: alguien de nuestra raza fue liberada de los efectos destructores del pecado original; alguien de nosotros pudo ser y es perfectamente agradable a la Santísima Trinidad! ¡Qué gloria para el Dios poderoso y humilde y qué alegría para toda la Tierra! Pidámosle al Espíritu Santo que nos lleve de la mano para adentrarnos en este sublime misterio… Y pensemos que esta misma Virgen Inmaculada así se le presentó a Juan Diego en el Tepeyac. Sintamos la alegría de Dios en nosotros…
Tercera consideración: Los padres de la Virgen María la esperaron con todo su amor. Imaginemos cómo estarían San Joaquín y Santa Ana durante la espera de la llegada de la Virgen María. Según la tradición antiquísima de la Iglesia ésos fueron sus nombres. Hay inclusive la tradición de que el Arcángel San Gabriel también le anunció a San Joaquín el nacimiento de su Hija cuando ya eran muy mayores de edad. Haya sido como haya sido, lo cierto es que hubo una pareja que esperó con todo su amor a la que iba a ser la Madre del Salvador, la Inmaculada, aunque no entendieran ni qué era eso ni cómo había sucedido eso en el vientre de Santa Ana.. ¡Qué misterio el de la concepción de María y qué misterio cada persona humana! Hemos de maravillarnos ante cada niño que es esperado porque Dios tiene una vocación, una llamada, un deseo único e irrepetible para cada uno de nosotros. Pidamos durante las Ave Marías por los niños que están siendo esperados hoy en el mundo.
Cuarta consideración: María nace entre nosotros y para nosotros. Imaginemos ese hermosísimo momento para toda la humanidad: la que va a ser la Madre del Señor nace entre nosotros. ¡Qué alegría para toda la Tierra que Dios haya tenido esta bondad con Ella y con todos nosotros porque es Nuestra Madre! Imaginemos la admiración de los mismos ángeles. Por fin apareció en la Tierra la que iba a abrir el camino de la reconciliación de la humanidad con Dios mismo. Gocemos este acontecimiento que enorgullece a toda la humanidad. En este día sí, como cantamos en las Mañanitas, nacieron todas las flores… el día que nació la Flor mayor de Dios. Ella nos libre de pecar.
Quinta consideración: Santa María de Guadalupe vino a México a sanarnos (N.M. 32). La misma Inmaculada María se presentó en México para sanarnos, curarnos de todas nuestras diferentes penas, miserias y dolores como se lo dijo a Juan Diego. Y si las personas del momento de la aparición lo necesitaban, mucho más nosotros, que somos millones y millones más y mucho más contaminados por el pecado que ell@s… Que la oración que estamos haciendo estos días en todo el país para reconsagrarlo a Santa María de Guadalupe el día 12 a las 12 i.m. y el hecho mismo de hacerlo en la Eucaristía en que participemos o en nuestras casas nos ayude a vivir una vida más digna como verdader@s hij@s de Dios y de nuestra Madre tan amada. Ella nos sane con todo su amor maternal. Apoyos bíblicos: Lc 1, 5-25 y 26-38; Ef 1, 3-19; Isaías 43, 1-4; Salmo 139(138). - Ver más
Primera consideración: María fue predestinada por Dios desde la eternidad para ser Madre del Hijo de Dios y por lo tanto Inmaculada en todo. Imaginemos al Padre cómo elige a María. ¡Cómo se la imagina! Cómo determina que nazca sin pecado original. ¡Qué belleza concibe la Santísima Trinidad para que pueda descender a este mundo la segunda Persona Divina, el Verbo Eterno del Padre! Dios hizo posible este acontecimiento único en la historia porque María iba a ser la Madre del Mesías-Dios-Salvador. Todo el universo se queda chico ante la belleza incontaminada de María. Pidámosle a Ella que nos enseñe a amar y a sorprendernos del amor y poder de Dios, como Ella lo hace.
Segunda consideración: María es concebida sin pecado original. La obra suprema de Dios hasta ese momento de la Historia fue la concepción de la Santísima Virgen sin pecado. ¡Qué increíble regalo de Dios para Ella y para la humanidad: alguien de nuestra raza fue liberada de los efectos destructores del pecado original; alguien de nosotros pudo ser y es perfectamente agradable a la Santísima Trinidad! ¡Qué gloria para el Dios poderoso y humilde y qué alegría para toda la Tierra! Pidámosle al Espíritu Santo que nos lleve de la mano para adentrarnos en este sublime misterio… Y pensemos que esta misma Virgen Inmaculada así se le presentó a Juan Diego en el Tepeyac. Sintamos la alegría de Dios en nosotros…
Tercera consideración: Los padres de la Virgen María la esperaron con todo su amor. Imaginemos cómo estarían San Joaquín y Santa Ana durante la espera de la llegada de la Virgen María. Según la tradición antiquísima de la Iglesia ésos fueron sus nombres. Hay inclusive la tradición de que el Arcángel San Gabriel también le anunció a San Joaquín el nacimiento de su Hija cuando ya eran muy mayores de edad. Haya sido como haya sido, lo cierto es que hubo una pareja que esperó con todo su amor a la que iba a ser la Madre del Salvador, la Inmaculada, aunque no entendieran ni qué era eso ni cómo había sucedido eso en el vientre de Santa Ana.. ¡Qué misterio el de la concepción de María y qué misterio cada persona humana! Hemos de maravillarnos ante cada niño que es esperado porque Dios tiene una vocación, una llamada, un deseo único e irrepetible para cada uno de nosotros. Pidamos durante las Ave Marías por los niños que están siendo esperados hoy en el mundo.
Cuarta consideración: María nace entre nosotros y para nosotros. Imaginemos ese hermosísimo momento para toda la humanidad: la que va a ser la Madre del Señor nace entre nosotros. ¡Qué alegría para toda la Tierra que Dios haya tenido esta bondad con Ella y con todos nosotros porque es Nuestra Madre! Imaginemos la admiración de los mismos ángeles. Por fin apareció en la Tierra la que iba a abrir el camino de la reconciliación de la humanidad con Dios mismo. Gocemos este acontecimiento que enorgullece a toda la humanidad. En este día sí, como cantamos en las Mañanitas, nacieron todas las flores… el día que nació la Flor mayor de Dios. Ella nos libre de pecar.
Quinta consideración: Santa María de Guadalupe vino a México a sanarnos (N.M. 32). La misma Inmaculada María se presentó en México para sanarnos, curarnos de todas nuestras diferentes penas, miserias y dolores como se lo dijo a Juan Diego. Y si las personas del momento de la aparición lo necesitaban, mucho más nosotros, que somos millones y millones más y mucho más contaminados por el pecado que ell@s… Que la oración que estamos haciendo estos días en todo el país para reconsagrarlo a Santa María de Guadalupe el día 12 a las 12 i.m. y el hecho mismo de hacerlo en la Eucaristía en que participemos o en nuestras casas nos ayude a vivir una vida más digna como verdader@s hij@s de Dios y de nuestra Madre tan amada. Ella nos sane con todo su amor maternal. Apoyos bíblicos: Lc 1, 5-25 y 26-38; Ef 1, 3-19; Isaías 43, 1-4; Salmo 139(138). - Ver más
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