Nuestra Señora de los Dolores
María sufrió intensamente al pie de la cruz, junto a su Hijo; cada uno de los clavos le desgarraba su Corazón de madre.
La Iglesia, al contemplar hoy a María adolorida al pie de la cruz, exclama: "Oh Dulce Fuente de Amor, hazme sentir tu dolor para que llore contigo".
María, la Virgen Madre de Dios, es fuente de amor, purísimo y santo, desinteresado y sublime; y por eso sufre hasta lo más hondo de su ser. Nos ha amado tanto a nosotros, sus hijos pecadores, que hace suyos todos nuestros dolores, como Cristo en la cruz hace suyos todos nuestros pecados.
Todos los hombres somos solidarios los unos de los otros: nuestro bien es el bien de todos y nuestro mal repercute en todos. Lo demuestra Jesucristo en su Pasión, sufriendo por todos los hombres; lo indica María, su madre, asociándose al dolor de su hijo.
Nuestro sutil egoísmo se opone a esta ley providencial de solidaridad; por eso urge que nos acerquemos a esta Madre del dolor, fuente de amor sin egoísmo, para captar el verdadero misterio del dolor. Por eso cuando la Iglesia le pide que nos haga sentir la fuerza del dolor, para asociarnos a su pena, añade:
"Haz que mi corazón arda en amor de Cristo Dios".
Esto es lo que necesitamos todos: mucho fervor para amar a Cristo, como lo amó Ella; hondo amor para penetrar hasta su Divino Corazón; inmenso amor para hacer nuestras sus penas, como Ella hizo suyos los dolores de Cristo y los nuestros.
Pero ante todo, hay que contemplar a Cristo como Dios. Si no lo miramos así, jamás podremos comprender el misterio y la realidad del dolor que desgarra a la existencia humana.
¿Qué puede hacer el hombre de nuestros días, por fuera tan celoso de su modernidad, y por dentro tan lleno de temores y angustias? Que acuda a la Madre de la Misericordia y del amor: a María, que por los profundos dolores que sufrió, es siempre la Madre de la bondad y de la gracia, que estará siempre dispuesta a acogernos maternalmente con misericordia, para librarnos de los peligros y llevarnos hasta el corazón amoroso de su Hijo.
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