’Monstra Te esse Matrem’, Oh Virgen Inmaculada.
Muéstrate Madre tierna y con premura por los habitantes de esta tu ciudad, para que el auténtico espíritu evangélico los anime y oriente sus comportamientos.
Muéstrate Madre y guardiana vigilante de Italia y Europa, para que de las antiguas raíces cristianas los pueblos sepan tomar la linfa para construir su presente y su futuro.
Muéstrate Madre próvida y misericordiosa por el mundo entero, para que, respetando la dignidad humana dignidad y rechazando toda forma de violencia y de explotación, se coloquen bases sólidas para la civilización del amor.
Muéstrate Madre especialmente de aquellos que tienen más necesidad: de los indefensos, de los marginados y los excluidos, de las víctimas de una sociedad que a menudo sacrifica al hombre por otros fines e intereses.
Muéstrate Madre de todos, oh María, y danos a Cristo, la esperanza del mundo.
’Monstra Te esse Matrem’, oh Virgen Inmaculada, llena de gracia! ¡Amén!”.
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