Reflexión del misterio del Santo Rosario
Primer misterio gozoso: "La Anunciación del Ángel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios".
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret (Lc 1, 26)
Reflexión:
El Arcángel Gabriel, enviado por Dios para anunciar a María la Encarnación del Señor, viene del Cielo a una región despreciada de Israel, para dar a entender que Dios no mira el lugar ni la nacionalidad, sino el corazón de quienes habitan esas regiones. Por eso jamás tenemos que despreciar a nadie, de cualquier país que sea, porque en todas partes hay justos, y donde menos uno lo espera, se encuentran santos que son agradables a Dios.
Jerusalén no mereció la visita del Ángel, sino Nazaret, porque en esa pequeña ciudad estaba María, la Perla del universo, la Obra Maestra del Altísimo, rezando y ofreciéndose por la venida del Mesías.
No importa el lugar donde vivamos o de la raza que seamos, sino que lo importante es tener bueno el corazón, porque Dios se manifiesta a los puros y sencillos, estén donde estén, y sean quienes sean. ¿O acaso le podemos prohibir algo a Dios? Seguramente si a los habitantes de Jerusalén les hubieran preguntado a dónde tenía que ir el Ángel Gabriel a dar el anuncio, sin dudar habrían dicho que debía ir a ellos. Pero Dios no piensa de la misma manera.
Hoy muchos en la Iglesia no quieren aceptar las apariciones y mensajes que da el Señor y su Madre en muchas partes, e incluso Obispos y teólogos se resisten a estas manifestaciones de Dios. Quieren corregir a Dios. Esto es el colmo de la soberbia.
Si el Ángel Gabriel fue a Nazaret, es porque allí había alguien que tenía una gran humildad, que es como el imán que atrae las manifestaciones del Señor.
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