ABRE MI OÍDO, MARIA
Que sepa escuchar el lenguaje del silencio
Que sepa escuchar la Palabra de Jesús
Que sepa distinguir, en el ruido del mundo,
el susurro de Dios.
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que como Tú
me abra sin reservas a Dios
Pueda contemplarle haciendo su voluntad
y servirle con corazón sincero
ABRE MI OÍDO, MARIA
Que sea sensible a lo que Jesús me pide
Que no viva de espaldas a lo que Dios me ofrece
Que perciba el soplo del Espíritu Santo
ABRE MI OÍDO, MARIA
Y no sea insensible a la voz de Dios
Y no sea duro al clamor humano
Y no sea sordo al eco del Evangelio
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando me hable Dios,
le diga sinceramente lo que pienso
Para que, cuando me hable Cristo,
me ponga con El, en camino
Para que, cuando irrumpa el Espíritu,
me deje arrastrar por su fuerza poderosa
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando en el final de mis días,
Dios me llame, pueda contestarle:
reconozco tu voz, voy corriendo, Señor¡
Amén
Que sepa escuchar el lenguaje del silencio
Que sepa escuchar la Palabra de Jesús
Que sepa distinguir, en el ruido del mundo,
el susurro de Dios.
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que como Tú
me abra sin reservas a Dios
Pueda contemplarle haciendo su voluntad
y servirle con corazón sincero
ABRE MI OÍDO, MARIA
Que sea sensible a lo que Jesús me pide
Que no viva de espaldas a lo que Dios me ofrece
Que perciba el soplo del Espíritu Santo
ABRE MI OÍDO, MARIA
Y no sea insensible a la voz de Dios
Y no sea duro al clamor humano
Y no sea sordo al eco del Evangelio
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando me hable Dios,
le diga sinceramente lo que pienso
Para que, cuando me hable Cristo,
me ponga con El, en camino
Para que, cuando irrumpa el Espíritu,
me deje arrastrar por su fuerza poderosa
ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando en el final de mis días,
Dios me llame, pueda contestarle:
reconozco tu voz, voy corriendo, Señor¡
Amén
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