LA NATIVIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA
8 de septiembre de 2010
«Quita el sol que ilumina al mundo ¿cómo podrá haber día? Quita a María, esta estrella del mar, de un mar sin duda grande y espacioso, ¿y qué restará sino oscuridad que todo lo ofusque, sombra de muerte y densísimas tinieblas? Con todo lo íntimo, pues, de nuestra alma, con todos los afectos de nuestro corazón y con todos los sentimientos y deseos de nuestra voluntad, veneremos a María, porque ésta es la Voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo recibiéramos por María».
San Bernardo, Homilía en la Natividad de la Virgen (Sermón "del acueducto").
8 de septiembre de 2010
«Quita el sol que ilumina al mundo ¿cómo podrá haber día? Quita a María, esta estrella del mar, de un mar sin duda grande y espacioso, ¿y qué restará sino oscuridad que todo lo ofusque, sombra de muerte y densísimas tinieblas? Con todo lo íntimo, pues, de nuestra alma, con todos los afectos de nuestro corazón y con todos los sentimientos y deseos de nuestra voluntad, veneremos a María, porque ésta es la Voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo recibiéramos por María».
San Bernardo, Homilía en la Natividad de la Virgen (Sermón "del acueducto").
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