VIRGEN SANTISIMA
Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma ycuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de todavirginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; quesobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza,en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en elalma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena depecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encaminamis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos;líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones ypasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable,para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre delas tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, decantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Diosnuestro.
Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada portoda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglosde los siglos.Amén.
(San Efrén)
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