Confiando en María
Confianza en las caídas.
Es fácil confiar en María en los momentos de paz y gracia de Dios. Pero a veces es difícil confiar en Ella cuando hay dolor o preocupación en nuestra vida, y tal vez hemos caído en pecados muy graves. Pero justamente es ahí donde más tenemos que confiar en la Virgen, que es la Abogada y Refugio de los pecadores y el Auxilio de los cristianos.
Con María suele darse una regla inversa, y es que cuando más grande y grave ha sido nuestro pecado, tanto más derecho tenemos a su amor y perdón, y Ella tanto más nos busca y quiere consolar y levantar, porque le hemos sido arrebatados de sus manos por Satanás, y entonces María nos quiere recuperar con más ansias que si nunca nos hubiéramos ido de su lado.
Entonces no debemos tener miedo, ¡nunca!, porque sabemos muy bien que no tenemos que pecar, pero si pecamos, María está dispuesta a levantarnos del pecado y colocarnos nuevamente en la amistad con Dios.
No desconfiemos nunca de María, porque Ella es Madre, con todo lo que significa esa palabra, y sabe compadecer las miserias más grandes. En Ella no hay nada de terrible, y es toda dulzura para con sus hijos, especialmente para los perdidos y abatidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario