8.15.2009

HIMNO AKÁTHISTO


HIMNO AKÁTHISTO
El venerable himno a la Madre de Dios, denominado Akathistos – esto es, cantado de pie –, representa una de las más altas y célebres expresiones de piedad mariana en la tradición bizantina. Obra de arte de la literatura y de la teología, contiene en forma orante todo cuanto la Iglesia de los primeros siglos ha creído sobre María, con el consenso universal. Las fuentes que inspiran este himno son la sagrada Escritura, la doctrina definida en los Concilios ecuménicos de Nicea (325), de Éfeso (431) y de Calcedonia (451), y la reflexión de los Padres orientales de los siglos IV y V. Se celebra solemnemente en el Año litúrgico oriental, el quinto sábado de Cuaresma; el himno Akathistos se canta también en otras muchas ocasiones, y se recomienda a la piedad del clero, de los monjes y de los fieles.

¡Salve, oh Vos, por Quién resplandecerá la alegría!¡

Salve, oh Vos, por Quién cesará la maldición!¡

Salve, Restauración del Adán caído!

¡Salve, Redención de las lágrimas de Eva!¡Salve, oh Cima inaccesible al humano entendimiento!¡Salve, oh Abismo impenetrable aún a los ojos de los mismos ángeles!

¡Salve, porque sois el Trono del Rey!¡Salve, porque lleváis a Aquél que lo lleva todo!

¡Salve, Estrella que anunciáis al Sol!

¡Salve, Seno de la divina Encarnación!

¡Salve, oh Vos, por Quién la Creación es renovada!¡Salve, oh Vos, por Quién ha tomado carne humana el Creador!¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, oh Vos, la secretamente iniciada en el designio inefable!

¡Salve, oh Vos, Fe de los que oran en silencio!

¡Salve, Preludio de las maravillas de Cristo!

¡Salve, oh Suma de Sus dogmas!¡Salve, Escala celestial por la que Dios bajó!

¡Salve, Puente que conduce a los de tierra hacia el cielo!

¡Salve, oh Maravilla alabadísima por los ángeles!

¡Salve, Azote en gran manera temido por los demonios!

¡Salve, oh Vos, que inefablemente disteis a luz a la Luz!

¡Salve, oh Vos, que a nadie habéis enseñado cómo ello fue realizado!

¡Salve, oh Vos, que sobrepujáis en inteligencia a los sabios!¡Salve, oh Vos, que ilumináis el entendimiento de los fieles!

¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Sarmiento de una cepa incorruptible!

¡Salve, Huerto de perenne fructificación!

¡Salve, Vos que cultivasteis al amoroso Cultivador del género humano!

¡Salve, Campo fértil en abundancias de misericordia!

¡Salve, Ara colmada de ofrendas propiciatorias!

¡Salve, puesto que florecéis transformada en prado de delicias!

¡Salve, ya que preparáis puerto acogedor a las almas!

¡Salve, grato Incienso de la plegaria intercesora!

¡Salve, Expiación del mundo todo!

¡Salve, Benevolencia de Dios para con los mortales!¡Salve, Confianza de los mortales ante Dios!¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Madre del Cordero y del Pastor!

¡Salve, Redil de las místicas ovejas!

¡Salve, Defensa contra los enemigos invisibles!

¡Salve, Llave de las puertas del paraíso!¡Salve, Causa del común de regocijo de cielo y tierra!¡Salve, Armonía de las voces terrenas con los coros celestiales!

¡Salve, Boca nunca muda de los Apóstoles!¡Salve, Valor invencible de los Mártires!¡Salve, Soporte inconmovible de la fe!

¡Salve, Señal resplandeciente de la gracia!

¡Salve, oh Vos, por Quién el Hades quedo desnudo y desierto! ¡Salve, oh Vos, por Quién hemos sido revestidos de gloria! ¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Madre del Astro sin ocaso!

¡Salve, Aurora del día místico!

¡Salve, oh Vos, que habéis apagado la fogata del error!

¡Salve, oh Vos, que ilumináis a los iniciados en la Trinidad!

¡Salve, oh Vos, que expulsáis del poder al tirano inhumano!

¡Salve, oh Vos, que mostráis a Cristo el Señor, El que ama al género humano!

¡Salve, oh Vos, que nos librasteis de las supersticiones paganas!

¡Salve, oh Vos, que nos libráis de las obras del lodo y de las tinieblas!

¡Salve, oh Vos, que pusisteis fin a la adoración del fuego!

¡Salve, oh Vos, que libráis de las llamas de las pasiones!

¡Salve, Guía de los fieles hacia la sabiduría! ¡Salve, Alegría de todas las generaciones!

¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Restauración del género humano!

¡Salve, Ruina de los demonios!¡Salve, oh Vos, que hollasteis las imposturas del engaño!

¡ Salve, oh Vos, que denunciáis la superchería de los ídolos!

¡Salve, oh Mar que sumergió al Faraón espiritual!

¡Salve, oh Peña de la que beben los sedientos de vida!

¡Salve, Columna de fuego que guía los que se hallan en la oscuridad!

¡Salve, Protección que cubre al mundo, más amplia que el manto de las nubes!

¡Salve, Alimento que sustituisteis al maná!¡Salve, oh Vos que nos procuráis santas delicias!¡Salve, Tierra de promisión!¡Salve, de la que brotan leche y miel!

¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Flor de incorrupción!

¡Salve, Corona de la continencia!

¡Salve, oh Vos, que hicisteis brillar el arquetipo de la Resurrección!

¡Salve, oh Vos, Espejo de la vida angélica!¡Salve, Arbol cargado de fruto, alimento de los fieles!¡Salve, Ramaje frondoso, bajo el que se refugian las muchedumbres!

¡Salve, oh Vos, que habéis llevado en el seno al Guía de los descarriados!

¡Salve, oh Vos, que habéis dado a luz al Redentor de los cautivos!

¡Salve, oh Súplica insistente ante al justo Juez!¡Salve, oh Perdón de muchos de los que caen!¡Salve, Túnica de confiada esperanza para los que están desnudos!

¡Salve, Ternura maternal, vencedora de toda pasión!¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Lugar del Dios inmenso!¡Salve, Umbral del sagrado misterio!

¡Salve, Noticia dudosa para los incrédulos!

¡Salve, Gloria incontestable de los creyentes!¡Salve, Carro Santísimo de Aquél que se halla por encima de los Querubines!

¡Salve, Palacio excelentísimo de Quién está por encima de los Serafines!

¡Salve, oh Vos, por Quién concuerdan las cosas que eran contrarias!¡Salve, oh Vos, en Quién la virginidad y la maternidad convergen!

¡Salve, oh Vos, por Quién la transgresión fue derrocada!

¡Salve, oh Vos, por Quién fue abierto el paraíso!¡Salve, Llave del Reino de Cristo!¡Salve, Esperanza de los bienes eternos!

¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Vaso de la sabiduría de Dios!

¡Salve, Cofre de Su Providencia!

¡Salve, oh Vos, que mostráis la necedad de los vanos filósofos!

¡Salve, oh Vos, que dejáis sin palabras a los expertos en controversias,

¡Salve, porque ante Vos acabaron como ignorantes los hábiles discutidores!¡Salve, porque ante Vos se esfumaron los creadores de fábulas!

¡Salve, oh Vos, que quebrantasteis las maquinaciones de los paganos atenienses!

¡Salve, oh Vos, que llenáis las redes de los Pescadores!

¡Salve, oh Vos, que sacáis afuera del abismo de la ignorancia!

¡Salve, oh Vos, que ilumináis el conocimiento de muchos!

¡Salve, Bajel de los que quieren salvarse! ¡Salve, Puerto de los que por la vida navegan!

¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Columna de la virginidad!

¡Salve, Atrio de la salvación!¡Salve, Iniciadora de nuestra regeneración espiritual!¡Salve, Canal de la divina bondad!¡Salve, oh Vos, que habéis regenerado a quienes fuimos concebidos en pecado!¡Salve, oh Vos, que amonestáis a quienes tienen la mente confundida!¡Salve, oh Vos, que habéis derogado el poder del corruptor de las almas!¡Salve, oh Vos, que habéis dado a luz al Sembrador de la pureza!¡Salve, Tálamo de boda espiritual!¡Salve, Conciliadora del Señor con sus fieles!¡Salve, Preceptora de las vírgenes!¡Salve, Guiadora de los santos a las místicas bodas!¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Rayo del Sol espiritual!

¡Salve, Dardo de luz inextinguible!

¡Salve, Relámpago luminoso que fulgura sobre las almas!¡Salve, Trueno que asusta a los enemigos!

¡Salve, oh Vos, que habéis dado el amanecer a la esplendorosa claridad de la Aurora!

¡Salve, oh Vos, Símbolo de la pila bautismal!

¡Salve, oh Vos, que borráis la mancha del pecado original!

¡Salve, Fuente en la que se lava la conciencia!¡Salve, Pozo que derrama alegría!¡Salve, Efluvio del perfume de Cristo!

¡Salve, Agape de vida mística!¡Salve, Esposa Virgen!
¡Salve, Tabernáculo del Dios y Verbo!

¡Salve, Santa mayor que los Santos!

¡ Salve, Arca labrada en oro por el Espíritu Santo!¡Salve, inagotable Tesoro de vida!

¡Salve, Diadema preciosa de los reyes piadosos!

¡Salve, Gloria venerable de los sacerdotes temerosos de Dios!

¡Salve, Torre inconmovible de la Iglesia!

¡Salve, Baluarte inconquistable del reino!

¡Salve, oh Vos, gracias a Quién se erigen los trofeos de victoria!

¡Salve, oh Vos, por Quién son abatidos los enemigos!

¡Salve, Medicina de mi cuerpo!

¡Salve, Salvación de mi alma!

¡Salve, Esposa Virgen!"La bienaventurada Virgen María sigue "precediendo" al pueblo de Dios. Su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia, para los individuos y las comunidades, para los pueblos y las naciones, y, en cierto modo, para toda la humanidad" (Redemptoris Mater, 6). Ella es la estrella del tercer milenio, como fue en los comienzos de la era cristiana la aurora que precedió a Jesús en el horizonte de la historia. En efecto, María nació cronológicamente antes de Cristo y lo engendró e insertó en nuestra historia humana. A ella nos dirigimos para que siga guiándonos hacia Cristo y hacia el Padre, también en la noche tenebrosa del mal y en los momentos de duda, crisis, silencio y sufrimiento.A ella elevamos el canto preferido de la Iglesia de Oriente: el himno Akáthistos, que en 24 estrofas exalta líricamente su figura. En la quinta estrofa, dedicada a la visita a Isabel, exclama:Salve, oh tallo del verde Retoño.Salve, oh rama del Fruto incorrupto.Salve, al pío Arador tú cultivas.Salve, tú plantas a quien planta la vida.Salve, oh campo fecundo de gracias copiosas.Salve, oh mesa repleta de dones divinos.Salve, un Prado germinas de toda delicia.Salve, al alma preparas asilo seguro.Salve, incienso de grata plegaria.Salve, ofrenda que el mundo concilia.Salve, clemencia de Dios para el hombre.Salve, confianza del hombre con Dios.Salve, ¡Virgen y Esposa!".

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