Mensajes de la Reina de la Paz desde Medjugorje
Las palabras de nuestra Madre son un signo de Vida Eterna
Queridos hermanos, ¡cuantas palabras para meditar en estos tres mensajes de Maria! Ella nos invita a orar por los sacerdotes, a no juzgarlos. También nos habla del estado de este mundo actual, que no tiene futuro porque sin Dios no hay esperanza. Ella finalmente, nos explica la importancia de tener corazones puros. Por favor, lean y mediten sus palabras.
Mensaje 2 de agosto de 2012
“Queridos hijos, estoy con ustedes y no me rindo. Deseo darles a conocer a mi Hijo. Deseo a mis hijos Conmigo en la vida eterna. Deseo que experimenten la alegría de la paz y que obtengan la salvación eterna. Oro para que superen las debilidades humanas. Oro a Mi Hijo, para que les conceda corazones puros. Queridos hijos míos, solo los corazones puros saben cómo llevar la cruz y saben cómo sacrificarse por todos los pecadores que han ofendido al Padre Celestial y que también hoy lo ofenden, porque no lo han conocido. Oro para que conozcan la luz de la verdadera fe que viene solo de los corazones puros. De este modo, todos aquellos que les están cerca experimentaran el amor de Mi Hijo. Oren por aquellos que Mi Hijo ha elegido, para que les guíen por el camino de la salvación. Que su boca este cerrada a todo juicio sobre ellos. Les agradezco.”
Mensaje, 25. julio 2012
“¡Queridos hijos! Hoy los invito al bien. Sean portadores de la paz y de la bondad en este mundo. Oren para que Dios les dé fuerza a fin de que en su corazón y en su vida, reinen siempre la esperanza y el orgullo de ser hijos de Dios y portadores de su esperanza, en este mundo que está sin alegría en el corazón y sin futuro, porque no tiene el corazón abierto a Dios que es su salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Mensaje, 2 de julio de 2012 - Aparición a Mirjana
“Queridos hijos, de nuevo les pido maternalmente, que se detengan por un momento y reflexionen sobre ustedes mismos y la transitoriedad de su vida terrenal. Por lo tanto, reflexionen sobre la eternidad y la bienaventuranza eterna. Ustedes, ¿qué desean, por cual camino quieren andar? El amor del Padre me envía a ser mediadora para ustedes, para que con amor materno les muestre el camino que conduce a la pureza del alma, del alma no apesadumbrada por el pecado, del alma que conocerá la eternidad. Pido que la luz del amor de mi Hijo los ilumine, que venzan las debilidades y salgan de la miseria. Ustedes son mis hijos y yo los quiero a todos por el camino de la salvación. Por lo tanto, hijos míos, reúnase en torno a mí, para que les ayude a conocer el amor de mi Hijo y, de esta manera, abrirles la puerta de la bienaventuranza eterna. Oren como yo por sus pastores. Nuevamente les advierto: no los juzguen, porque mi Hijo los ha elegido. ¡Les agradezco! ”
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