5.04.2011

El Secreto del Santo Rosario

El Secreto del Santo Rosario Corona de rosas. 

Desde cuando el Beato Alano de la Rupe restauró esta devoción, la voz del pueblo, que es la voz de Dios, la llamó ROSARIO, es decir, corona de rosas. Lo cual significa que cuantas veces se recita el rosario como es debido, colocamos en la cabeza de Jesús y de María una corona de ciento cincuenta y tres rosas blancas y dieciséis rosas encarnadas del paraíso, que no perderán jamás su belleza ni esplendor.
La Santísima Virgen aprobó y confirmó el nombre de rosario, revelando a varias personas que le ofrecían tantas rosas agradables cuantas avemarías recitaban y tantas coronas de rosas como rosarios. 
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, de San Luis M. Grignion de Montfort) 
Comentario: 
El enamorado gusta llevar flores a su amada, y no hay flor más bella que la rosa, que es como la reina de todas las flores. Pues bien, nosotros, cuando rezamos cada avemaría del Rosario, el estamos regalando a María y a Jesús una rosa preciosa. Y si rezamos la corona del Rosario, entonces coronamos sus Cabezas con una corona de rosas celestiales.
No dejemos de rezar el Rosario, porque Jesús y María agradecen enormemente este regalo que les hacemos cada vez que rezamos el Rosario, y como el fin del hombre es alabar a Dios y hacerle reverencia, ¡qué mejor que regalarle estas rosas de nuestro rosario a Jesús, que es el Dios hecho hombre, y a María, que es la Madre de Dios, y la Obra más perfecta de la Santísima Trinidad!
Esas coronas que ahora colocamos en las Cabezas de Jesús y de María al rezar el Rosario, las recibiremos nosotros en nuestras cabezas cuando estemos ya felices en el Paraíso, y serán Jesús y María quienes nos las colocarán, y estaremos tan felices para siempre, que bendeciremos cada día que rezamos el Rosario y cada avemaría dicha en honor de Ellos.

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