El Rosario y la Cruz.
Con la corona del Rosario en una mano y en la otra el estandarte del Crucificado, luchad en la fase decisiva de la batalla.
(Mensaje de la Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano)
Comentario:
Estamos entrando en plena batalla contra el demonio y sus ángeles. Nosotros, a las órdenes de la Mujer vestida de Sol, debemos usar un arma terrible al demonio y sus secuaces, y esta arma es el Santo Rosario, puesto que con ella logramos derribar una parte del reino del mal, cada vez que lo rezamos bien. Por eso no debemos perder tiempo en vanas actividades improductivas o en reuniones infructuosas, sino que este es tiempo de oración, es tiempo de rezar más Rosarios, con mayor intensidad y más frecuentemente, porque la victoria depende de nuestra oración, ya que María usará toda la fuerza que le viene de nuestros Rosarios bien rezados, para aplastar la cabeza a la serpiente maldita.
San Luis María Grignion de Monfort, en su Tratado, profetiza claramente sobre los hombres que vendrían, que serían los Apóstoles de los Últimos Tiempos, y que tendrían en una mano la Cruz y en la otra mano el Santo Rosario. Pues bien, esos hombres y mujeres somos nosotros que, actualmente estamos en medio de esta refriega que irá recrudeciendo cada vez más, y por ello tenemos que rezar el Rosario y debe ser él el refugio de nuestras almas, el medio por el que tomemos fuerzas y ánimo para vencer a todos los enemigos.
Con el sufrimiento y la oración, venceremos al Maligno.
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