VIRGEN MARÍA
“Bendito sea nuestro Dios, que nos dio a su Madre por Madre nuestra”.
“He tomado a la Virgen Santísima por Madre de un modo especial, y ella es la encargada también de prepararme, protegerme y ampararme. ¡Qué buena es esta dulcísima Madre!”
“¡Qué dicha es tener a María por Madre! No pierda tan dulce compañía, que con ella está siempre Jesús”.
“No olvide que todo nos viene de Jesús por María”.
“¿Qué puede faltarle, teniendo tal Madre?”
“Aprenda en el Corazón de su Madre cómo se ama a Jesús”.
“Tomemos por modelo a la Virgen Santísima y permanezcamos con ella al pie de la cruz, con viva fe y perfecto amor”.
“¡Qué hermosa es la oración del Rosario! Lo más eficaz, tanto para la conversión como para el mayor fervor de la vida, es el rezo del santo Rosario. Jesús dará a su Madre todo cuanto le pida”.
“No deje de pedir siempre a nuestra dulcísima Madre que la haga como ella la quiere para Jesús”.
“Si se entrega de veras a ella, le llenará del amor de su Hijo”.
“Toda la esperanza está en la Virgen. ¡Pobres almas que no quieren aprovechar tanto amor y tanta misericordia!”.
(Santa Maravillas de Jesús)
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