Ea, pues, Señora, abogada nuestra...
El nombre de abogada significa defensora.
Tú nos defiendes del maligno,
del que atacó a nuestra madre Eva en el Paraíso,
y la hirió pasándonos la herida.
Tú nos libras de peligros y tentaciones
que nos pudieran hacer perecer.
Contigo llevamos la frente alta por la vida,
hasta el destino final que es el cielo.
Desde allí intercede ante tu Hijo
por cada uno de tus hijos,
por mí también.
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