8.26.2011
8.20.2011
Reflexión:
Reflexión:
Cada vez que rezamos el Rosario, María viene a nosotros, a nuestra casa, a nuestra alma, y nos saluda afectuosamente, y nuestro corazón se llena de alegría.
Por eso tenemos que rezar muchos Rosarios, aunque más no sea para oír solamente el saludo amoroso de María.
Y recordemos que cuando nos decidimos a rezar el Rosario es porque María nos ha llamado a que lo recemos, ya que es Ella la que nos da la gracia actual para movernos a rezarlo.
Entonces siempre es María la que da el primer paso, como vemos aquí cuando visita a su prima Santa Isabel.
Así que cuando sintamos necesidad y deseos de rezar el Santo Rosario, sepamos que es porque María ha venido a tocar la puerta de nuestro corazón para que lo recemos, porque cuando nosotros pensamos en Ella, es porque Ella pensó primero en nosotros, y mientras lo rezamos y se lo ofrecemos con amor, entonces Ella sigue pensando en nosotros y nos favorece con toda clase de gracias y favores celestiales.
8.15.2011
8.01.2011
DULZURA DE LOS ÁNGELES
DULZURA DE LOS ÁNGELESde la liturgia bizantina
Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor,
protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro,
que ha contenido a la Trinidad excelsa;
en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y
el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra,
Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos;
tú eres nuestra defensa ante Dios.
Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos.
Manda a tus siervos el socorro del cielo.
Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor,
protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro,
que ha contenido a la Trinidad excelsa;
en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y
el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra,
Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos;
tú eres nuestra defensa ante Dios.
Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos.
Manda a tus siervos el socorro del cielo.
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