María de Guadalupe, mujer de fe, modelo y sostén de la Iglesia
Sábado, 12 de octubre de 2013 -
María de Guadalupe, mujer de fe, modelo y sostén de la Iglesia
Seguimos con Santa María de Guadalupe profundizando en nuestra fe. Hoy destacaremos las cuatro notas que caracterizan a la Iglesia fundada por Cristo y su nota contextual indispensable: la misión, sin la que las otras no podrían estar completas. Veremos cómo Santa María de Guadalupe las ha vivido con nosotros desde el y dentro del Acontecimiento Guadalupano en favor nuestro.
A Ella le pedimos, de manera especial, por todos los afectados en el país por los sucesos climatológicos para que recuperen bienes y su paz.
Tenemos en cuenta la intención misionera del apostolado de la oración señalada por el Papa para este mes: que la Jornada Mundial de las Misiones -Domund, tercer domingo de octubre- haga a todos los cristianos conscientes de no sólo ser destinatarios, sino también anunciadores de la Palabra de Dios. Y dispongámonos para la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María que hará el Papa este domingo 13, fecha de mucha importancia por la situación mundial actual.
Primera consideración: María, Mujer de Fe, unifica a la Iglesia en México.
María, nuestra Madre, ayudó en su tiempo a su Hijo para unificar a tantas y variadas personas y grupos humanos durante su misión en favor del Reino en Israel. En México, Ella vino a unificar al clero, al obispo, a los indígenas de tantas etnias y a los europeos, como aparece claramente en el Acontecimiento Guadalupano. Ha sido la unificadora de México en multitud de actuaciones suyas en favor nuestro. Agradezcámosle que nos una en la única Iglesia de su Hijo.
Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Madre y Modelo de la Iglesia, enséñanos y ayúdanos a vivir como misioneros del Verdaderísimo Dios por quien vivimos.
Segunda consideración: Santa María de Guadalupe, Modelo de Santidad.
Nuestra Madre es modelo de santidad porque es la persona que se parece más a Dios. Ella nos refleja el “amor, compasión, auxilio y defensa” que Dios tiene con nosotros y que Ella nos demuestra de manera extraordinaria en el Acontecimiento Guadalupano que se ha prolongado para
tod@s por los siglos. Su actitud orante, de súplica, es para pedirle a Dios que todos nosotros nos convirtamos a los valores que su Hijo ha promovido en toda la Tierra, para que nos volvamos al Todo Santo y así adquiramos la santidad que nos regaló desde nuestro bautismo.
Pidámosle a la Llena de Gracia que nos ayude a alcanzar la santidad que Dios quiere para cada un@ de nosotros y para su Iglesia universal.
Tercera consideración: la catolicidad de la Iglesia en el Acontecimiento Guadalupano.
La Iglesia, desde sus inicios, y con Santa María como testigo y promotora especial acogió a todo tipo de personas, grupos humanos para que fueran aceptados y promovidos como
hij@s de Dios. Por toda la Tierra se fue extendiendo para llevar la Buena Noticia de Jesús a todas partes, por todo el mundo. Así fue aquí cuando nuestra Madre llegó al Tepeyac y acogió a todo tipo de personas como Madre cariñosa y promotora del bien de todos. Agradezcamos esta catolicidad de la Iglesia.
Cuarta consideración: la Iglesia Católica y Apostólica en México y Santa María de Guadalupe. Los Apóstoles fueron convocados y enviados por Jesús para llevar la Buena Noticia del amor de Dios para que se fuera concretando en el mundo la presencia del Reino que vino a establecer. Este origen de la Iglesia, a partir de los Apóstoles, ha hecho de ella una congregación enorme de
herman@s capaces de llevar la noticia y presencia del Reino por todo el mundo. Del mismo modo ha sucedido en México pero a partir de la Apóstol Mayor, de Santa María de Guadalupe, que ha favorecido la fe de México y desde aquí la ha extendido por el mundo, iniciando por Filipinas, desde la época virreinal. Alabemos a Dios por su plan de salvación para todos y que ha tenido un punto esencial de referencia en México para todo el continente americano y más…
Quinta consideración: la misión de Santa María de Guadalupe para formar, en México, una Iglesia misionera.
María fue enviada a México como Primicia de una nueva era para toda América. El Evangelio se fue extendiendo como semilla en expansión de vida, por todas partes. Hacia el norte, sur, este y oeste de nuestro país la misión de Cristo se fue dando a conocer y se establecieron cantidad de pequeñas misiones. Todo esto se fue dando a partir de los misioneros enviados desde Europa y por la cantidad enorme de indígenas convertidos y bautizados a la fe cristiana y a los criollos y mestizos que, viviendo su profetismo, su sacerdocio y pastoreo regalados por el Espíritu Santo, fueron esparciendo y viviendo los valores del Reino por todos los rincones del país.
Agradezcamos al Padre, fuente de todo bien y dádiva perfecta (Sant 1, 16-17), y a Jesús que nos hayan enviado a nuestra Madre como la Gran Misionera Continental que, unida al Espíritu Santo, nos han ganado para el Reino Eterno ya desde esta tierra de promisión.Apoyos Bíblicos: Is 52, 6-10; Salmo 66; Rom 10, 9-18; Mc 16, 15-20; Mt 28, 16-20.Citas del Concilio Vaticano II: Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación “Dei Verbum (La Palabra de Dios)”, número 4-9; Constitución Dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium (La luz de todos los pueblos)”, número 1-5, 10, 13, 17, y Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia “Ad gentes Divinitus”, especialmente los números 1-6; 13.15.17.22.24. y 41.